01 diciembre 2007

LOS CRIOLLOS Y LOS GAUCHOS NO SOMOS EUROPEOS.

Sobre las ruinas de Cayastá a Cabo Corrientes pasando por el Rincón de López
Brigadier General Juan Manuel de Rosas esquina Garay ,Villa Mazorca. Argentina.





Juan de Garay, quien en definitiva consiguiera fundar Buenos Aires, bajò por el Río Paraná desde Asunción. Cayastá fue la primera ciudad que construyo, y que fuera destruida por una inundación y cuyas ruinas se encuentran donde confluyen el Paraná y el Salado. Motivaron que Garay replanteara la creación de una nueva ciudad camino al Río de La Plata y es así como funda Santa Fè de la Vera Cruz. Esta nueva locación es obra del ingenio hidráulico español ya que si recordamos que en las últimas y brutales inundaciones de la provincia de hace pocos años, el casco histórico no se inundo. Correspondió a Juan de Garay impulsar esa política de abrir puertas a la tierra fundando Santa Fe en 1573 y Buenos Aires (por segunda vez) en 1580. La expedición fundadora con la que bajó de Asunción del Paraguay estaba integrada por unos ochenta hombres, en su mayoría mestizos o mancebos de la tierra, hijos de aquellos primeros conquistadores españoles venidos con Mendoza y de madres guaraníes. Santa Fe, sería, desde su nacimiento, ejemplar testimonio del encuentro de las dos culturas: la americana y la europea.
El lugar elegido fue un sitio alto en la margen derecha del Paraná, sobre uno de sus brazos -hoy llamado San Javier-, que garantizaba el cumplimiento del rol asignado a la nueva ciudad como nodo vinculante entre el Paraguay, el Tucumán y la salida al mar por el Río de la Plata.
El domingo 15 de noviembre de 1573 Juan de Garay cumplió con los formalismos corrientes en las fundaciones hispanoamericanas: congregó a sus expedicionarios -primeros pobladores de la ciudad- en medio de lo que sería la Plaza de Armas, donde enarboló el rollo como símbolo del poder y justicia real y designó las primeras autoridades capitulares. En el mismo acto quedó establecida la traza urbana típica de la ciudad española en América: un damero que en este caso fue de 11 manzanas de norte a sur y 6 de este a oeste, con la plaza ubicada a una cuadra del río, siguiendo la tradición de las ciudades ribereñas.
Las manzanas, todas cuadradas e iguales, fueron divididas cada una de ellas en cuatro solares o terrenos, adjudicados por el propio Garay a los primeros vecinos para que construyeran sus casas. En la periferia dejó otras manzanas enteras para quintas, determinó también el ejido o tierras de común, previstas para el crecimiento urbano, señaló las chacras o tierras de pan llevar para la siembra de cereales y, más lejos, repartió grandes extensiones de tierra para estancias, dedicadas a la cría de ganado vacuno y caballar.
Siete años más tarde se fundaría -por segunda vez- Buenos Aires y en 1588 la ciudad de Corrientes. Junto con Asunción y Santa Fe, quedó conformado así el eje vital de la ocupación española en la cuenca del Plata.
De Asunción y para refundar la Buenos Aires que no pudo Pedro de Mendoza, parte con 200 mancebos de la tierra y 26 colonos y alrededor de 39 soldados. Unos van por tierra y otros van en la Carabela Cristóbal Colon, Ya que Santa Fe no cumplía con las expectativas.. Así arribo a la Boca del Riachuelo. Durante todo el día desembarcaron los materiales: tiendas de campaña, víveres, vestimentas, útiles de labranza, todo lo necesario para comenzar el nuevo asentamiento. Garay exploró los alrededores mientras los pobladores levantaban sus tiendas. Los días siguientes los emplearon en limpiar el terreno de malezas, arrancaron troncos de árboles secos, emparejaron el suelo. Garay y los oficiales midieron el terreno, para hacer un plano y subdividir la tierra. Armaron cuadras de ciento veinte varas de largo (aproximadamente cien metros), que serían repartidas entre los pobladores. Eligieron el lugar que ocuparía la plaza Mayor (actual plaza de Mayo), el Cabildo, la iglesia Mayor y la casa del Gobernador.

Mientras los hombres preparaban el terreno, las mujeres armaban las viandas. En junio se dedicaron a terminar la limpieza de todo el terreno y a abrir las calles que formarían las manzanas. Estas manzanas serían ocupadas por los pobladores y sus familias. Se amojonó y asignó a cada uno de ellos un solar, que correspondía a un cuarto de manzana. También se cavó un foso que rodeaba la traza de la ciudad, éste serviría de protección contra futuros ataques de los naturales; obviamente estos últimos todavía querían echar a los españoles de sus tierras.
Se levantaron los cimientos del Cabildo y la iglesia principal. La plaza Mayor midió ciento cuarenta varas de lado. La ciudad quedó conformada por veinticuatro cuadras de frente sobre el río y una legua (aproximadamente cinco kilómetros) de fondo hacia el oeste. Esto era lo que se llama el ejido de la ciudad. Doce días les llevó todo este trabajo.

Por esos días llegaron los que venían por tierra con el ganado. Ya no había nada que esperar, así que Garay avisó a todos los pobladores y autoridades que al día siguiente, 11 de junio, se realizaría el acto de fundación de la ciudad.
La fundación

El sábado 11 de junio de 1580 se llevó a cabo la ceremonia de fundación. Garay nombró a los alcaldes para hacer y administrar justicia, a los regidores para el gobierno de la ciudad, y al procurador para promover los derechos e intereses de los vecinos. Todos estos oficiales conformaban el Cabildo, íntegramente formado por vecinos de la futura ciudad. Todos firmaron el acta de fundación, junto con Juan de Garay, representante del adelantado del Río de la Plata, Torres de Vera y Aragón.

Una vez terminados dichos trámites, las nuevas autoridades y los pobladores se dirigieron a la plaza Mayor, donde se levantó un tronco grande de unos tres metros que haría de rollo público o árbol de justicia. Se lo puso en un hoyo ubicado en medio de la plaza. En éste, la justicia real se llevaría a cabo.

Luego Garay dio el discurso de toma de posesión: “…tomo posesión de esta ciudad y de todas esta provincias, este, ueste, norte y sur, …”. En señal de esta toma, sacó su espada cortando unas hierbas y cortando el aire, preguntó si había alguien que se opusiera, como simple trámite. El escribano dio fe de esto, y entregó el acta a Garay, quien la leyó a todos los presentes.

Se bautizó a esta nueva ciudad con el nombre de Santísima Trinidad en el puerto de Santa María de Buenos Aires. Eligió este nombre por ser el 29 de mayo, día en que arribaron, la festividad de la Trinidad. Luego de terminada la ceremonia fueron todos a celebrar una misa en la iglesia parroquial.

El resto del día y los siguientes se realizó el reparto de solares. Se terminaron trabajos, como el foso y la construcción de una empalizada. Los pobladores construyeron sus viviendas. Se dividió a la población en doscientas cincuenta manzanas: cuarenta para los vecinos, seis para el fuerte, la plaza Mayor, tres conventos y un hospital, y el resto para chacras. Fuera de la ciudad también se repartieron entre los vecinos huertas de cuatro cuadras. También Garay repartió las chacras y estancias al norte, sur y oeste de la ciudad. Todas las chacras, de unas trescientas varas (aproximadamente doscientos cincuenta metros) de frente al río, con un fondo de una legua. Por el norte, éstas llegaron hasta el actual partido de Tigre, en la zona norte de Buenos Aires; por el sur hasta la actual Ensenada. Las estancias tenían tres mil varas (aproximadamente dos mil quinientos metros) de frente y legua y media de fondo.
La ciudad de los Cesares
En octubre de 1580 vuelve a Santa Fe volviendo en febrero del año siguiente. Ese año va por tierra hasta Mar del Plata en busca de la mítica ciudad de los Césares (donde hoy entiende es el Cabo Corrientes) regresando en enero del 82 de donde vuelve a Santa Fe y a Asunción, en donde se empieza a ver que la nueva ciudad puede desplazar su capitalidad.

La reflexión final de esta epopeya, si fuera así, es que la población originaria de Buenos Aires, fueron mancebos, es decir hijos de españoles y mujeres guaraníes. Mal puede un país que nace del encuentro de dos culturas básicas sentir ese misterio que ronda las ruinas de Cayastá. Podemos pensar que esos doscientos colonizadores vinieron sometidos, otros que buscaban sus propias tierras y libertad. Debemos pensar que en esto ultimo, nos regocijamos, porque tenemos ojos mejores para ver la Patria.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Hard; este post; quiere decir que Uds., tambien tienen población MESTIZA, aunque algunos de vuestros conciudadanos se sienten europeos y que BsAs es La Paris de America Latina y que el resto somos Villas Miseria...,que bueno recordar el origen de la poblacion, no solo de BsAs sino de todos nuestros paises no?; gracias por la información.