La fabulosa prosperidad de la pequeña cooperativa de donde salió la plata
La financiera Cuenca, de Villa Lynch, duplicó su trabajo en los últimos dos años
La financiera Cuenca, de Villa Lynch, duplicó su trabajo en los últimos dos años
La historia Cuenca se llama así por el nombre de la calle en la que funciona desde sus orígenes, cuando se instaló con una pequeña oficina cerca de la esquina de la avenida, pegada a donde ahora se encuentra un lavadero de autos. Treinta y seis años después, sigue operando en el mismo lugar, pero expandida a lo largo de la cuadra. Tiene tres edificios, con fachadas idénticas: vidrios espejados y un gran cartel plateado que dice "Cuenca". Sus empleados, de traje, cruzan cientos de veces la calle para ir de una oficina a otra. Sus modernos edificios contrastan con los galpones del barrio, antiguas fábricas, casi todas vacías. Presidida por Miguel Rutenberg, sólo en los dos últimos años Cuenca dio el gran salto. Desarrolló nuevas áreas de negocios, duplicó el número de empleados ("de 60 en 2005 pasamos a 120 hoy", dijo Abbate) e inauguró su tercer edificio. Pero en este tiempo también se llenó de sospechas. El 9 de marzo, el Banco Central denunció a Cuenca por maniobras irregulares. La acusó de lavar dinero. Una fuente que participó de la investigación explicó a LA NACION que se había descubierto que entre julio de 2003 y 2005 hubo extraños movimientos en la cuenta corriente que Cuenca tiene en el Banco Central. Allí se habían realizado transferencias por 365 millones de pesos a nombre de terceros que, consultados por el Banco Central, dijeron no haber operado nunca con Cuenca. "Dicho mecanismo tendría como finalidad ocultar la verdadera identidad de los presentantes de los cheques y/o los beneficiarios del retiro de los fondos", advirtió el BCRA en una denuncia que ayer citó Marijuán en su pedido de indagatoria contra Miceli. Una funcionario que intervino en la investigación dijo a LA NACION que el BCRA constató que por lo menos 60 personas mencionadas por Cuenca como depositantes dijeron no conocer siquiera la entidad. Por Paz Rodríguez Niell De la Redacción de LA NACION
1 comentario:
Parece un capitulo de la dimension Desconocida . saludos
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