26 julio 2007

LOS UNICOS PRIVILEGIADOS SON LOS NIÑOS, RESPUESTA A UN POST DE MANOLO

RECUERDOS DE UN PRIVILEGIADO

Para algunos ser viejo es una calamidad, para mi no tanto. Para algunos Evita es un icono, o una bella imagen que representa un símbolo, el voto femenino, los derechos de la mujer, la igual de la mujer en el trabajo, la mujer de temple y la mujer política. Para mí, es otra cosa más cercana. Yo nací en La Plata e hice la escuela primaria en la escuela nº37 hacia 1952 cursaba el 1er grado inferior con cuatro años. En esa época se podía falsificar los documentos para ingresar a la escuela y siendo mi madre docente de la escuela me pusieron como “oyente”, luego como di bien, seguí por consejo de mi maestra Leonor. Así que un día llega el Gral. Perón y Evita a la ciudad de La Plata, para la apertura del Legislativo Provincial siendo Carlos Aloe gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Así que nuestra escuela, que fue demolida y construida otra en su reemplazo, porque esa era casi colonial, que quedaba en 2 casi 45, formo sobre la diagonal 80 para saludar el paso del cadillac negro descapotable que llevaba a la pareja a destino. Como iba al turno tarde regresamos a clase y todo siguió normalmente, cuando en un determinado momento, algo extraño sucedía, nos repartieron cascarilla y turrones Carpaiten. Comimos sin restricciones y libamos sin problemas. Luego nos reunieron en el patio y llegaron un montón de mujeres con bolsas. Nuestro corazón temblaba de alegría. Por lo inesperado de lo que sucedía y por los bolsillos llenos de caramelos. La escuela, siendo la ciudad una ciudad de clase media estaba cerca del barrio de la Estación y muy cercana al antiguo Mercado de Frutas y Hortalizas por lo que era clase baja y media. Charlábamos en el patio todos formados cantando de alegría y bullicio y de golpe un silencio. Entro Evita, llevaba un tailleur cuadrille con un sombrero al tono con un tul recogido que permitía ver el rostro nítidamente con el rodete atado atrás. Se abrieron las bolsas y ella personalmente fue recorriendo las filas y nos dio a cada uno los juguetes. A mi me toco un juego de bolos de madera, y con su mano enguantada me revolvió los pelos de la cabeza. El juego fue mucho más interesante del toque en la cabeza. La historia había pasado sobre mí y no me daba cuenta. Ahora que tengo conciencia se que me estaba pasando algo único e irrepetible. Poco tiempo después, ya en primero superior, me entere que esa señora la de los bolos había muerto, no sabia de que. Mi familia que era peronista, salio en La Plata a una marcha de antorchas. Yo llevaba una vela como en un vasito de cera, no se bien si lloraba, pero me daba mucha pena. Algo extraño pasaba en esa gente que estaba muy triste.

5 comentarios:

manolo dijo...

Gracias por compartir
Un abrazo amigo

Unknown dijo...

Que memoria..,Los gestos marcan la vida de las personas, mas aun cuando uno es niño

Unknown dijo...

En realidad la historia no "paso sobre ti", crecio y convivio contigo

35345 dijo...

Los tiempos han cambiado, también los plazos de entrega, hay un racimo de guachos esperando que el Negro ponte y Filmus les den la compu (no sé para qué, pero hay que darles la compu, por más que se caguen de infelices).

Rafa dijo...

Cómo se nota cuando uno pone el alma en lo que escribe.

Un abrazo, amigo Hard.