EL MOVIMIENTO NACIONAL

RESPUESTA DE UN CABECITA NEGRA A UN CAJETILLA

En mi larga vida de militante el partido justicialista ocupo gran cantidad de casas como sede del Partido Nacional. En la proscripción hasta una Empresa de Limpieza en una cortada de Buenos Aires, donde nos reuníamos con el Colorado Paladino que nos traía las instrucciones de Perón desde Puerta de Hierro. O la casa de Av. La Plata. O La casa de Bernardo de Irigoyen, o la casa de Pasco. Pero lo mas importante, es que como Peronista, milite siempre en un Movimiento Nacional, por ende, sabiamos que el Partido Justicialista era la herramienta electoral del mismo. Por lo tanto, jamás me considere justicialista, porque no pertenezco al partido, ya que el partido que yo vote, en pocas oportunidades se presento como PJ, si no mas bien en alianzas electorales con partidos como lo fue el Frejuli en 1973. Las casas, los cafés, o las reuniones, se hacían donde se podían en la clandestinidad. O mas bien los gremios le prestaban a los políticos sus despachos o salas de reuniones para que se hicieran las mismas. Cuando algunos muchachos no peronistas creen que el Partido Justicialista tiene algún valor simbólico para un peronista, es realmente porque jamás supo como es vivir adentro del peronismo. Es decir, no es un peronista. Puede por ejemplo, ser Alberto Fernández, el Presidente del PJ de Capital Federal y mandar a votar a Filmus, a Heller , con Gines y con quien quiera, que los peronistas, no vamos a votar esa lista. Porque el PJ es la herramienta electoral del movimiento y el movimiento no pasa realmente por Alberto. Como tampoco pasa por Potrero de Funes o por el viudo de la Casa Rosada. Por eso, la Casa de mi Movimiento Nacional Peronista sigue siendo el país, y no se la regalo a nadie, y para colmo no tiene página Web para ponerle un hipervínculo a los que la quieran visitar. Porque solo se la puede visitar hablando con la gente de las provincias, de sus necesidades y anhelos. Y la entelequia porteña de la política como cosa de chiquilines que se cagan en las cosas concretas es tan vieja, como Laclau y el marxismo. Lo que viene es mas lindo, menos aburrido y mas divertido, que lo patético que estos querubines del odio nos hacen vivir.