Como todos los nacionalismos sean de izquierda o de derecha tienden en el mundo a seguir un patrón común e identificarse y a raíz de lo que publique sobre Darwin Pasaponti, que en realidad no pretendía ser una defensa del nacionalismo católico, sino una difícil búsqueda de la identidad de un nacionalismo que da para las dos caras del espectro político. Por eso que me dedicare, para quien le interese, a rastrear documentación seleccionada que tienda a mostrar que todo nacionalismo cierra en lo mismo. El siguiente documento es una crítica al Nacionalismo Catalán por el Nacionalismo Catalán Hispánico. No asume el rol de izquierda o derecha. Pero el Nacionalismo Hispánico sigue la misma pauta que describe el autor sobre el nacionalismo Catalán. La lectura es larga pero amena.
LES FALSEDATS DELS SIMBOLS DEL NACIONALISME CATALÀ.
LAS FALSEDADES DE LOS SIMBOLOS DEL NACIONALISMO CATALAN
Todo nacionalista tiene como hito principal la reivindicación de sus orígenes, dones como dice la canción “quien pierde los orígenes pierde la identidad”. Nuestro nacionalismo, no el que reivindicamos, sino el que sufrimos, necesita demostrar su propia génesis basta alejada de cualquier contaminación de la historia común española. No pretendemos en este artículo hacer una detallada exposición de los disparos diferenciales de los catalanes, que por todos son bastante conocidas, ni nos planteamos hacer una relación de los hechos más preclaros que los nacionalistas identifican con Cataluña, y que la mayor parte de ellos son inventados o falseados por tal de poder diferenciarlos de otros pueblos. El nacionalismo catalán ha buscado una justificación histórica a todos los símbolos que rodean su ideología, y cuando han encontrado el que le ha interesado lo ha manipulado hasta la exageración; y toda idea, hecho o personaje que no se avino a su mentalidad excluyente de Cataluña, ha sido sencillamente ignorado.
La mitificación de los pasado ha acontecido obsesión constante del nacionalismo, así el mismo emblema de Cataluña ha sufrido una tergiversación constante; la leyenda de las cuatro barras pintadas por el rey franco con la sangre de Guifré el Pilòs, es una tergiversación consciente, la leyenda de las cuatro barras pintadas por el rey franco con la sangre de Guifré el Pilòs, es una adaptación que el autor alemán Beuter el año 1551 copia de un hecho real Castellano. Esta historia ha llegado hasta nuestros días como el origen de la señera. Pero el auténtico origen de las cuatro barras, todo y las muchas polémicas parece ser que fue una concesión de los colores Papales al Rey Pere, y así aconteció como señera del reino de Aragón (pudiendo haber entre tres y seis barras verticales rojas sobre fondo dorado). La bandera de las cuentas de Barcelona fue la cruz roja de Gules sobre Camper de Argent (es decir, la Cruz de San Jordi), la primera enseña catalana propiamente dicha. Las cuatro barras fue la bandera oficial del Reino de Aragón (actualmente descuartizado entre Cataluña, València. Islas Baleares y el Aragón). Si le añadimos a la quatribarrada la estrella de cinco puntas que traían los separatistas cubanos, ya tenemos bandera nacionalista, todo sea por diferenciarnos y poner de manifiesto sus simpatías, mientras los españoles (miles de catalanes entre ellos, morían en Cuba, cantando habaneras –la música catalana más hispánica que existe-), los nacionalistas mostraban sus verdaderas intenciones: destruir España por todos los medios. Ahora ya tenían bandera.
La mitificación de los pasado ha acontecido obsesión constante del nacionalismo, así el mismo emblema de Cataluña ha sufrido una tergiversación constante; la leyenda de las cuatro barras pintadas por el rey franco con la sangre de Guifré el Pilòs, es una tergiversación consciente, la leyenda de las cuatro barras pintadas por el rey franco con la sangre de Guifré el Pilòs, es una adaptación que el autor alemán Beuter el año 1551 copia de un hecho real Castellano. Esta historia ha llegado hasta nuestros días como el origen de la señera. Pero el auténtico origen de las cuatro barras, todo y las muchas polémicas parece ser que fue una concesión de los colores Papales al Rey Pere, y así aconteció como señera del reino de Aragón (pudiendo haber entre tres y seis barras verticales rojas sobre fondo dorado). La bandera de las cuentas de Barcelona fue la cruz roja de Gules sobre Camper de Argent (es decir, la Cruz de San Jordi), la primera enseña catalana propiamente dicha. Las cuatro barras fue la bandera oficial del Reino de Aragón (actualmente descuartizado entre Cataluña, València. Islas Baleares y el Aragón). Si le añadimos a la quatribarrada la estrella de cinco puntas que traían los separatistas cubanos, ya tenemos bandera nacionalista, todo sea por diferenciarnos y poner de manifiesto sus simpatías, mientras los españoles (miles de catalanes entre ellos, morían en Cuba, cantando habaneras –la música catalana más hispánica que existe-), los nacionalistas mostraban sus verdaderas intenciones: destruir España por todos los medios. Ahora ya tenían bandera.
El Nacionalismo, buscando diferencias del resto de España, encontró en un baile, hasta las horas desconocido, su referente de diferenciación. No se podía aceptar que la jota de Lleida o las comarcas de Tarragona fueran baile nacional. Y tampoco el baile denominado “L´Espanyolet” puesto que su nombre podría provocar equívocos, por esto, se inventaron la Sardana. Fue José Ventura (nacido a Alcalà la Real, provincia de Jaén, el 1817. Hijo de un mando del ejercido español), más conocido hoy como “Pep Ventura”, quien modernizó un baile muy antiguo de l'Empordà y fue considerado el padre de la Sardana (baile de orígenes paganos, que formando una ronda y mirando el sol, los miembros hacían un círculo con las manos cogidas). José o Pep Ventura, escribió más de 300 sardanas y algunas de ellas muy populares (“Por tú llanto”, “El toque de oración”, etc.). Ahora ya tenían el baile nacional.
Los nacionalistas pero, no tenían himno, y decidieron inventar el suyo: “Els Segadors”. Fue el 1892 que el centro Catalán de Sabadell patrocinó un premio para encontrar un himno catalán; se presentaron nuevo textos, pero el jurado declaró desierto el premio. En 1895 fue el Orfeo Català quien convoca un concurso similar, y ganó Francesc Mathen con el poema “La Tierra”, que era la letra pero no la música de los actuales Segadors. Por la música, Francisco Alió enganchó la tonada de una canción de siega obscena y provocativa. Y para terminar Ernest Moliné añadió el “Buen golpe de hoz”. Ahora ya tenemos Himno Nacional.
Como no tenían milicia, ni policía, ni uniformes, los nacionalistas vieron tener que inventarse una institución catalana que fuera la tropa catalana. Se rescató del olvido a los Mossos d'Esquadra. La victoria de 4 las tropas borbónicas sobre los austricistes catalanes el 1714, comportó el encierro de todas las instituciones catalanas (Consejo de Cien, Diputación General, los brazos, la corte y la "Coronela”, entre otros) con el decreto de Nueva Planta. Por evitar desmanes en las zonas rurales, los felipistas o botiflers crearon un grupo policiaco denominado Mossos d'Esquadra, que dirigido por el batlle de valles, Pere Anton Veciana y Vila (Sarral 1677 botifler y felipista), se dedicaron a perseguir y ajusticiar a todos los austricistes o Maulests que cayeron en sus manos. Con la restauración de la Generalitat Republicana, pasaron a depender del Gobierno catalán. Ya tenemos soldados.
Pero el problema se plantea por tal de buscar una Fiesta Nacional por tal de celebrar la joya de ser catalanes. Se rechaza la fiesta más tradicional (23 de Abril, Fiesta de San Jordi) por poco patriota y además importada de Inglaterra, y sustituye por la conmemoración de una derrota. El Once de Septiembre no se conmemora un derrota de Cataluña, sino que fue de toda España, tras una larga lucha fratricida, los vencedores desmantelaran el Estado foral español e implantaron el centralismo siguiendo el modelo francés sobre jurisdicciones e institucionales de Castilla... El fino de las instituciones catalanas y la persecución de la lengua no quiere decir que los catalanes dejaran de ser españoles, sino que nos quisieron convertir en castellanos en contra de nuestra voluntad. Los nacionalistas ya tenían la justificación por conmemorar una derrota de Cataluña frente a España. A finales del siglo XIX se empiezan a organizar las primeras manifestaciones por esta fecha ante del monumento de Rafael Casanovas. Ya tenemos Fiesta Nacional.
Las chirucas, el “Kumbaia dios mío”, y todo tipo de excursionismo ha acontecido también, referencia y fe de la ideología nacionalista. El 1876 se fundó la primera sociedad excursionista (“Asociación Catalanista de Excursiones Científicas”), sin ningún fundamento deportivo pero si exclusivamente político. El término “científico” y patriótico del grupo así lo evidencia. El 1878 se creó la Asociación de Excursiones Catalanas y posteriormente las dos se fusionaron en el centro Excursionista de Cataluña (CIEGO). De este modo, se empieza a ir de excursión, a ir “a la tierra”, a la Cataluña catalana, y empezó a extenderse una visión romántica e idílica de una tierra perfecta, y el nacionalismo mitifica montañas y cordilleras. Ya tenemos país y chirucas catalanas.
El nacionalismo siempre ha querido sentir la iglesia cerca suyo, y por esto no ha dudado en manipularla desde dentro y desde fuera. Últimamente estamos viendo este episodio vergonzoso del intento de creación de una conferencia episcopal independiente: la Tarraconense, por convertirla en catalana, encabezado por los obispos Deig, Alanís, Campodrón y Tiza, que no buscan guiar espiritualmente a los creyentes (cuestión que fuera loable), sino que se busca únicamente la segregación del resto de España. Se olvidan de los centenares de años, que desde el 589 (concilio de las Diócesis Hispánicas) en Toledo se reunieran todas las diócesis pertenecientes a la antigua España (incluyendo la provincia de Tarraconense) que abocó a la conversión al catolicismo de Recadero y todas las diócesis hispánicas. Sería bueno de reivindicar la figura de Fèlix de Sant Serni de Tavèrnoles, que fue el primer catalán que planteó con términos políticos la reivindicación de la hispanidad durante el ya lejano siglo VIII. Pero pronto la iglesia catalana tendrá su conferencia episcopal, con Torres y Bages como gran prohombre. Ya tenemos iglesia.
Bandera, baile, himno, soldados, Fiesta Nacional, chirucas e iglesia. Este son sus argumentos, los del nacionalismo excluyente. Ante de esto debemos reivindicar nuestra catalanidad hispánica, siendo la lengua catalana la puntual referencia de lo nuestro buscando de ser catalanes por ser más hispánicos. Para acabar quiero citar una frase de Josep Ferrater y Mora, que nos haga reflexionar sobre el nacionalismo catalán y el centralismo castellano, y por darnos cuenta de que la catalanidad es sinónimo de hispanidad: “El separatismo es una enfermedad tan ochocentista como el nacionalismo y el centralismo. Es una enfermedad de la cual no hace falta casi preocuparse; se va extinguiendo a solas, como un microbio que ha perdido la virulencia... (...) Catalanizar Cataluña no quiere decir, por lo tanto, restar algo de España. Quiere decir hacer la España grande, y hacerla digna de incorporarse, sin murmullos, reticencias o reservas, a una grande Europa”
Lo Tocagaytes del Bages.
2 comentarios:
Hard
Muy buena iniciativa la de hablar sobre los nacionalismos.
De los Catalanes te cuento una historia que le paso hace unos años a un amigo.
Fue compañero de Secundaria y es gorila; aun así es una excelente persona.
Dr en Matemáticas, Post grado en Berkeley, la de Silicon Valley; y la MIT de Boston.
Beca Guggenheim para menores de 40 años.
Profesor invitado en Niigata University, de Japón.
Con todos estos antecedentes en el 2002 va como Profesor Visitante a Barcelona.
Todo bien, hasta que en una de las clases un alumno le tira la bronca por dar las clases en castellano.
Su obligacion era darla en la lengua del país.
Mi amigo, le pidió disculpas porque tenia razón.
Siguió con la clase en "ingles", el catalán monto en cólera.
Entonces Daniel le explico que el "idioma de la Matemática" es el ingles.
Cuando escribiera la tesis, no la publicaba en catalán, sino en ese idioma.
Un abrazo
Cuando yo he estado en cataluña me tomaba la precaución por indentidad en los dialogos de escucharlos hablar en catalán y contestar en castellano. Y aunque refunfuñaban comprendian que mi actitud era la misma que las de ellos.
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