15 julio 2007

"POR FAVOR, NO TOQUEN EL HACHA"

UN DRAMATICO MENSAJE A LOS QUE SE CAGAN EN TODO
De un reportaje a Zaffaroni en Página 12


–¿La Corte falló a favor de Bussi?
–No, el caso Bussi se cierra por abstracto, eso lo pidió el Congreso. Lo que se agrega es un mensaje e naturaleza institucional. En “obiter”, que es un comentario marginal, se señala que es opinión de la mayoría de esta Corte que el Congreso no puede rechazar los diplomas de los legisladores electos fuera de las hipótesis taxativamente enunciadas en la Constitución. Venimos de largas proscripciones y desencuentros desde 1930 hasta 1983. Proscripciones no sólo de minorías sino de mayorías. Lo que decimos es “por favor, no toquen el hacha”.
–¿No existe excepción cuando de por medio hay crímenes de lesa humanidad? Al fin y al cabo el fallo de los indultos señala la gravedad de esos crímenes y la obligación estatal de investigarlos.
–No es ninguna excepción, cuando hay un delito es obvio, pero delito hay cuando hay una sentencia, antes hay sólo una acusación o una sospecha. Claro que el Congreso no puede incorporar a un criminal, pero para eso con anterioridad debe haberlo declarado tal la autoridad judicial competente en un proceso regular. Si ni siquiera hay un procesamiento y menos una sentencia, no basta con que se invoquen argumentos de orden “moral”. Esto es un bumerang, un instrumento que puede servir para cualquier cosa y reabrir una práctica que no podemos saber adónde nos puede llevar. Es nuestro deber cuidar los límites de la cancha.
–Sin embargo, está claro que en la Argentina llevamos 30 años casi sin condenas por los impedimentos generados aun en democracia desde el poder político, como los propios indultos.
–Creo que toda discusión sobre habilidad que no sea la específicamente señalada en la Constitución (o sea, la física y la moral, entendida esta última en el correcto sentido de 1853, o sea, de capacidad psíquica, que no esté loco) debe hacerse antes de la elección y nunca después. Cuando la gente ha votado, toda discusión al respecto se ha cerrado, porque quienes lo han hecho ya no tienen la posibilidad de la opción por otro candidato.
–Los organismos de derechos humanos ven un franco retroceso en el fallo Bussi.
–Más allá de la opinión de algunos defensores de derechos humanos, por los que siento el profundo respeto de siempre, tengo el deber de cuidarlos, incluso contra su voluntad. No hay que tocar el hacha porque corta.
–Pero Patti está contento. ¿Será porque el caso Bussi lo favorece?
–No conozco el expediente, no lo tenemos en la Corte, no sé si es completamente análogo ni conozco la situación procesal actual. Tampoco podría opinar sobre un caso en el que deba entender.

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