EN EL ARCA DE NOE SOBRABA ESPACIO
En el tema expositivo de la pena de muerte que ha hecho Noé Nitrik en Pagina 12 al menos se le olvida uno, repasemos su inventario del artículo del diario del día de la fecha:
Yo diría que hay por lo menos tres enfoques del asunto. El primero es pragmático: ya se ha visto que, como remedio, la pena de muerte, que sería un nivel superior de la venganza, ha sido peor que la enfermedad. El cretino que mata deliberadamente sabe lo que hace y lo tiene todo estudiado, casi siempre es irrecuperable: el ladronzuelo al que le cortaron una mano en Saudiarabia por hurtar una billetera roba con la otra hasta que se la cortan y cuando ya le faltan las dos adiestra a sus pies para seguir por el recto camino de la vida. El problema se presenta cuando alguien no lo hizo de ese modo y no es del todo cretino aunque se le fue la mano: ahí se puede hablar de emoción violenta, de atenuantes, de pasiones, de odios y amores, etcétera, de modo que mandar al actor principal a la silla eléctrica crea algún problema filosófico, como el que asedia a la buena de Susan Sarandon, que hace de monja, cuando se le ocurre que el seudotarado de Edward Norton podría no ser culpable de haber asesinado y resulta que sí, que la engañó.
Al finalizar recuerdo que ha habido en la argentina también pena de muerte y fusilamientos de una generación que se levanto en armas en defensa de la Constitución y así lo decían. Mato a civiles y militares. Y algunos de ellos hoy están integrados a la sociedad sin que les pese el sentimiento de crimen y se horroricen ante la sola mención de la pena de muerte ante los pibes. Noé omitió ese simple dato, en algún momento ha habido una justificación para la pena de muerte. En algún momento, algunos creían como ahora que era posible la pena de muerte. Yo no creo en la pena de muerte como Susana Giménez. Lo mío es un problema religioso, soy Católico Apostólico Romano, aunque alguno dirá que en la historia de mi confesión ha habido penas capitales, pero aun así, en mi formación esta la defensa de la vida y el perdón de los pecados. No por nada me llama el obispete gorilón el encuestador. Pero, está bien recordar, que ha habido iluminados que no se los critica, que alzados en armas se sintieron con la capacidad de juzgar en forma sumaria y ejecutar. Porque sino la historia que contamos carecería de razones. Lo mío no le rinde homenaje a ningún caído. Solamente dice, Noé, en la Argentina de los últimos cincuenta años ha habido grupos que impusieron la pena de muerte y se te olvidaron en el inventario. Inclusive los de La Tablada que entraron a los tiros. Lo que vino después, si hubo violación a los derechos humanos, está en manos de la justicia, los sospechados o causantes detenidos. Los colimbas y soldados que murieron en el cementerio, y los que sobrevivieron al ataque en libertad.
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