EL MARKETING DEL GENERO

¿AL SERVICIO DE SU MAJESTAD?

Mientras Macri se mostró ante el género con una actitud afectiva y de par, donde se valoraba la inteligencia, pero primaba la admiración y afecto. Marquetinero o no, así lo denotaban las escenas de ambos triunfos electorales. El presidente mantiene con SU esposa una relación con el genero de pragmatismo político, los hijos, la casita en Calafate, las acciones tendientes a protegerse, pero no existe un gesto de afectividad y dulzura, repito, con el “el genero”.
Esta veta es bastante explotada quizás por los que manejaron la campaña de Macri y por lo que Sandra Russo, desde Pagina 12 debió salir a pegarle a la discapacidad de Gabriela Michetti y plantearla como un verdadero problema con dos ruedas, elogiando lo visible, pero inspirando el temor de lo aun no conocido del personaje.
Todo lo contrario de la pareja Gobernante. El un profeta de la confrontación y el odio. Un maniqueo de anatematizador donde inquisidoramente pone el mal donde ni sabemos si hay bien o mal. Ex Dixit, el decide los buenos y los malos. Ella, la Grace Kelly del subdesarrollo mezclada con Hillary Clinton. Se gano su fama por confrontar, defendiendo el sistema métrico decimal visceralmente, para luego con las mismas vísceras decir que eso era obsoleto. Contradictoria, inspira poca piedad a la hora de sus errores. Porque no da margen en sus juicios a la benevolencia del haberse equivocado del otro.
En suma. Dos parejas. Una, la casada, representante de la política del odio. La otra, la no casada, representante de la política del genero en la cual se percibe admiración y respeto mutuo. Todo un dato, no menor. La lectura era fácil. Solo había que implementarlo. La política. Ah no, la política pasa por otro lado, esto es cuestión de gustos para un electorado que de política entiende otras cosas.