20 junio 2007

APUNTES PARA EL SEGUNDO REVISIONISMO HISTORICO

LA ARENA DIGITAL.COM.AR (LA PAMPA)
Entre 1959 y 1963 pasaron decenas de presos políticos y gremiales detenidos por el Plan Conintes por las cárceles de Santa Rosa. Hubo comunistas, peronistas, sindicalistas, tacuaras, guerrilleros y hasta anarquistas.
Norberto G. Asquini*

Historia. Cuando Santa Rosa fue “depósito de presos” Conintes

Entre 1959 y 1963 pasaron decenas de presos políticos y gremiales detenidos por el Plan Conintes por las cárceles de Santa Rosa. Hubo comunistas, peronistas, sindicalistas, tacuaras, guerrilleros y hasta anarquistas.Norberto G. Asquini*
Entre fines de 1959 y 1963 Santa Rosa se convirtió en un virtual “depósito de presos” políticos y gremiales que fueron recluidos en la Unidad Penal 4 y otras instalaciones penitenciarias locales por orden del gobierno nacional. Desde que el presidente Arturo Frondizi implantó el Plan Conintes –sancionado por una ley de 1951– para contener un período de agitación social con paros y ocupaciones, hasta la salida de su reemplazante tras el golpe del ‘62, José María Guido, pasaron centenares de detenidos políticos de otros puntos del país por la capital pampeana.No es que con anterioridad no se hubieran utilizado esas dependencias para detenidos políticos. Durante el peronismo (1946-1955) fueron alojados los golpistas militares; después de la caída de Juan Perón fue usada para dirigentes peronistas, y más tarde para sindicalistas huelguistas como Rubens Iscaro.Pero desde la implementación del Estado de Sitio comenzaron a trasladar con asiduidad a los detenidos, tanto por la tranquilidad interna de la provincia como la disponibilidad de celdas que los podían albergar cuando saturaban otras unidades penitenciarias.Cada vez con mayor frecuencia, las cárceles santarroseñas tuvieron entre sus reclusos desde jóvenes de la ultraderecha de Tacuara, guerrilleros de Uturuncos, peronistas revolucionarios, gremialistas del comunismo y hasta anarquistas. Entre ellos hubo presos de renombre, como los sindicalistas Andrés Framini o José Rucci, o el folclorista paraguayo José Asunción Flores.
Van cayendo.
Los primeros nueve presos de esta etapa llegaron el 1º de octubre de 1959, tras una huelga de las 62 Organizaciones y el MUCS –de gremios comunistas–. Entre ellos estaba el secretario general de la Unión Obrera Textil, Andrés Framini, que había sido detenido en septiembre en Córdoba y pasado por Devoto. Al día siguiente se agregaron otros cuatro.El 3 ingresaron ocho más, entre ellos José Rucci –que sería secretario general de la UOM y asesinado en el ’73 por Montoneros–. Para el día 7 ya sumaban 29 los gremialistas confinados, en su mayoría metalúrgicos y textiles, alojados en el anexo encausados de la Colonia Penal, entre ellos Oscar Bidegain –futuro gobernador bonaerense en 1973–y Angel Hermida. El 8 de noviembre comenzaron a ser puestos en libertad algunos de los presos. La pronta liberación que se dio en muchos casos se debió a los hábeas corpus presentados por los abogados del comité pro-presos, Carlos Pérez y Manuel Cuadrillero y los dirigentes Omar Maraschini y León Nicanoff. Los recursos eran aceptados por el juez federal César Tarantino que pedía informes sobre la situación de los detenidos al Ministerio del Interior y si en 48 horas no había respuesta dictaminaba su libertad.A fines de enero del ’60 llegaron más obreros detenidos, gremialistas en huelga de la Federación de Obreros y Empleados de Correo y Telecomunicaciones (Foecyt) de la Capital Federal, que quedaron libres a los pocos días.En marzo la cárcel se colmó a poco de las elecciones del día 27. El 19 fueron alojadas en el Penal 61 personas que llegaron en tren desde Capital Federal, todas presas por el Plan Conintes. Se contaban peronistas, comunistas, tacuaras y anarquistas de Capital Federal, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Entre ellos, 44 que estaban en Caseros y fueron trasladados sorpresivamente, como Alberto Ottalagano –abogado ultraderechista que sería rector de la UBA en los ‘70–, Carlos Rovira, Alberto Iturbe, Federico Durruty, Idelfonso Cabagna Martínez –ministro de Relaciones Interiores de Perón–, Atilio Renzi, Miguel Unamuno, Gerónimo Izetta y Raúl Lagomarsino. Algunos de ellos denunciarían torturas y maltratos.La cárcel se llenó de trabajadores y militantes políticos. Hubo tres obreros marítimos, cuatro gastronómicos, ferroviarios, viajantes, comerciantes, empleados, ópticos, encuadernadores, obreros, etc. Pocas mujeres fueron confinadas en La Pampa, dos de ellas María Ignacia Delfina Moyano y Edelmira Giudice, alojadas en la cárcel de mujeres. Para el 27 de marzo del ’60 sumaron 106 los presos en Santa Rosa. Poco a poco fueron trasladados o liberados. El 9 de abril fue transferido Framini a Esquel junto con otros gremialistas. Algunos eran llevados a Caseros como Carlos Chiavone y Federico Durruty.El periplo que hicieron muchos presos fue kilométrico. Por ejemplo, dos paraguayos detenidos en El Dorado, Misiones, habían recorrido 1.600 kilómetros entre Bahía Blanca, Capital Federal y Santa Rosa en poco más de 48 horas, cuando fueron liberados en mayo por el juez local.
Los Tacuara.
Casi una decena de jóvenes llegó el 19 de marzo del ’60 desde Capital Federal y fue liberada el 31. Eran militantes de la agrupación ultraderechista Tacuara, como José Luis Nell, Marcelo Arturo Villa Mayor, Jorge Osvaldo Orus, Enrique Vicente Salvino, y Rodolfo Verona.Habían sido detenidos por personal de Coordinación Federal el 26 de febrero en la sede de la organización derechista en Matheu 185 y habían pasado por el Departamento Central de Policía y la cárcel de Caseros.Nell, entonces un estudiante de 18 años, militó en Tacuara para luego pasarse al peronismo revolucionario. Después se incorporó a las filas de las Fuerzas Armadas Peronistas y recibió un disparo durante la Masacre de Ezeiza que lo dejó inválido. Se suicidó meses después.
Plomeros anarquistas.
Entre los que llegaron en marzo del ’60 a Santa Rosa hubo también varios plomeros de la FORA anarquista; detenidos entre diciembre del año anterior y febrero en Capital Federal. El 2 de febrero el local del sindicato de plomeros, en Potosí 4.156, fue asaltado por efectivos de la sección Orden Gremial de la Federal y cayeron cincuenta trabajadores. José Elizondo, Manuel Correa, Antonio Herrera y Marcelino Carabajal fueron parte de los capturados que llegaron a Santa Rosa. El 4 de diciembre a la madrugada fueron puestos en libertad en el anexo de Encausados de la Colonia Penal los primeros: eran nueve obreros plomeros y un panadero. El sábado 17 de diciembre quedó libre Carlos Valentini, otro del grupo que estaba a la sombra hacía casi un año.
Fiestas del ’60.
Para las fiestas del ’60 se contó una decena de presos políticos en Santa Rosa. En noviembre y diciembre llegaron transferidos desde Viedma y Rawson varios comunistas que originarían a fines de enero del ’61 un movimiento a favor de detener sus traslados. Entre ellos los miembros de la Comisión de Solidaridad a la Revolución de Cuba, Jacobo Perelman y Emiliano González. El primero había sido capturado el 15 de julio junto a otras 30 personas en una cena ofrecida a un diplomático cubano y el segundo el 20 luego de un acto en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales junto a Fernando Nadra. Además, Pedro Chiaranti, de 62 años, fundador y secretario general de la UOCRA durante 8 años y militante del Comité Central del PC y detenido en un acto solidario con Cuba en octubre; Carlos Imizcoz, bancario llegado de Capital donde había dirigido la mítica huelga del ’59 y que había estado un año prófugo –era su novena detención–; y Pascual Mazzitelli, del sindicato argentino de músicos detenido mientras realizaba tareas gremiales en Capital Federal y llegado en febrero.El 7 de marzo fueron liberados Perelman y González, y el 8 Chiaranti, a raíz de su estado de salud. El 30 fue liberado Imizcoz y se completó la liberación de todos los detenidos de ese grupo.Paraguayos.El 13 de febrero del ‘61 ingresaron encarcelados los paraguayos Carlos Garcete, Fernando Pucciarelli, Benito Filemón Torres, Teresito Ruiz González, Gumersindo Espínola, Wilberto Acosta, Sergio Martínez y Antonio Casco. Los paraguayos habían sido detenidos el 30 de noviembre del ’60 en Posadas, Misiones, donde residían desde hacía años. Eran opositores al gobierno del dictador Alfredo Stroessner. Habían sido alojados en el Regimiento 11 de Ingenieros, luego llevados a la cárcel de Posadas y de allí vía aérea a Capital Federal en enero. Luego por ferrocarril trasladados a Viedma y finalmente conducidos en tren a La Pampa.Durante 1961 también estuvo durante seis meses detenido el músico paraguayo José Asunción Flores, creador de la guarania. A las 2.55 del 14 de marzo fueron liberados, junto a Mazzitelli, los siete paraguayos del anexo de encausados: Fernando Pucciarelli, Benito Filemón Torres, Teresio Ruiz González, Gumersindo Espíndola, Wilberto Acosta, Sergio Martínez y Antonio Julián Casco.
Ahumada.
Una presencia muy considerada por muchos santarroseños fue la de María Margarita Arentsen de Ahumada, esposa del peronista revolucionario y teniente Ciro Ahumada. Ahumada fue un oficial del Ejército mendocino que promovió varios golpes militares e insurreccionales peronistas durante la Resistencia junto con el general Miguel Iñíguez. En mayo de 1960 ordenó colocar explosivos en la casa de un general y en una compañía petrolera mendocina y partió hacia Uruguay. Trescientos integrantes de su red fueron perseguidos y acorralados, hasta su esposa.La mujer fue condenada en Mendoza a cuatro años de prisión junto a un grupo de hombres por un Tribunal de Guerra y estuvo desde el 22 de diciembre de 1960 hasta febrero de 1962, cuando se la indultó, recluida en la Cárcel de Encausados de Santa Rosa. Los cargos fueron asociación ilícita y encubrimiento, entre otros.Poco después de su llegada arribaron otros presos mendocinos detenidos en la misma intentona. El 11 de agosto del ‘61 llegaron ocho condenados entre 6 y 19 años por estar vinculados al golpe de Ahumada. Habían estado alojados desde su captura en la cárcel de la capital mendocina y pasaron por las prisiones militares de Magdalena, Viedma, Rawson, Penitenciaria Nacional y luego al anexo de Encausados de Santa Rosa. Eran Carlos Herbst, Leónidas Aveiro, José Merlo, Alejandro Barrose, Humberto Cinquegrano, Daniel Soloa, Silverio Sosa y Carlos Alberto Burgos. En su momento, se recordó la visita que le hicieron a Ahumada sus tres hijas de 11, 9 y 6 años. Finalmente, el 18 de febrero del ’62, la mujer recuperó su libertad.Herbst fue trasladados en julio a Mendoza por tren desde Catriló. El estudiante Burgos a Chaco en noviembre y Soloa a Buenos Aires en diciembre. Y Cinquegrano, Barrose, Merlo y Aveiro llevados al Penal de Magdalena en mayo del ’63.
El guerrillero.
En la mañana del 3 de febrero del ‘62 recuperó su libertad Henry Rodríguez, un preso Conintes que estaba en el anexo encausados desde el 17 de diciembre del ‘61. Pertenecía al grupo de guerrilleros Uturuncos que había intentado crear un foco insurgente en los montes de Tucumán y fue capturado el 10 de junio del ’60. Había sido condenado por un tribunal militar especial a la pena de 3 años de prisión a la que se le dio cumplida en forma condicional.En los meses siguientes apenas quedaría un puñado de diez condenados por tribunales militares por actos de sublevación en Mendoza.
La última.
Entre fines de octubre del ’62 y mayo del ’63 llegó la última tanda, casi todos comunistas que habían sido detenidos por “actividades contra la Seguridad Pública” por apoyar en actos públicos la revolución cubana. Los primeros 26 presos por causas gremiales y políticas fueron bajados el 31 de octubre del ’62 de un avión Bristol, unos por la mañana y otros por la tarde. Siete vehículos los trasladaron a la Colonia Penal. Algunos pocos recuperaron la libertad en diciembre.En noviembre del ’62 fueron trasladados el médico Carlos Abolsky de 38 años y el abogado santafesino Alfredo Dratman, de 36, entre otros. El 5 de enero del ‘63 llegó otra veintena desde la penitenciaría de Puerto Deseado, también capturados en octubre del ’62. Para enero había en el país 296 presos políticos y gremiales y 34 estaban en Santa Rosa –28 a disposición del PEN y 6 condenados del Conintes–.El 2 de mayo desde el destacamento Río Bamba en Buenos Aires fueron remitidos 16 detenidos a la U13. Entre ellos Ernesto Giúdice, periodista y apoderado del PC; otra vez Chiaranti, José Brandeburgo, Manuel Halperín, Héctor Manfredo, Elías Perelman, Miguel Wais, José Laureano Rojas, Gastón Redivo, Carlos Impinisi, Ricardo Soppo y David Halperín, todos capturados en noviembre del ’62. El 23 de mayo en avión llegaron otros 18 detenidos del PEN.El 11 de junio recuperaron su libertad cuatro presos políticos, entre ellos el obrero maderero Pedro Furer, de 54 años, que falleció dos días después. Chiaranti fue dejado en libertad el 22 de junio ya que su estado de salud era muy delicado. Quedaban todavía unos 41 alojados.A mediados de julio comenzaron a salir por tandas 32 de los detenidos PEN y el sábado 3 de agosto liberaron a los últimos ocho: Manuel y David Halperin, Brandeburgo, Jacobo y Elías Perelman, Jacobo Sufra, Abolsky y Drakman.A mediados de septiembre, luego que Arturo Illia ganara las elecciones y estuviera por asumir en octubre, fue dejado en libertad el último preso Conintes. Para entonces se había firmado el decreto 7.603 de amnistía para todos los delitos políticos y comunes conexos. El último en salir fue Silveiro Sosa el 14 de septiembre, que purgaba una condena de seis años de prisión desde diciembre del ’60 por una sublevación en Mendoza. No pasarían muchos años –durante el Cordobazo– en que los presos políticos volvieran a desfilar por los pabellones pampeanos.

No hay comentarios: