14 septiembre 2007

SALVAD LOS NOMBRES

Muerte, resurrección y asesinato de Leopoldo Marechal.
Detruyendo la metafísica de la ciudad por el negocio inmobiliario



Como a Lázaro un día del 2007 dios le dijo, levántate y anda, así que puesto de pie, movió sus ligamentos entumecidos y enfilo de Chacarita rumbo a Villa Crespo. Cuantas veces le había pedido a dios un rato para recorrer una vez más ese lugar, aunque sea no más por unos momentos del día. Desorientado cuando cruzo Dorrego y Corrientes, le pregunto a unos chicos jóvenes, no más de diez y siete si iba bien para ese barrio. La mas joven dijo, no se, nosotras vinimos a pasear a Palermo Queens. Cuando llego a la barrera del San Martín, Sobre Corrientes antes de Darwin era difícil de reconocerla, pero era ella, camino unos metros dijo y me tomo un café en Los Bohemios, el viejo café de Atlanta. Un paquete restorán que vendía sushi había en la esquina, que confundió a Leopoldo de manera inconmensurable. Juan B Justo, inconfundible. Pero que pedazo de estación de servicio hicieron en la esquina pensaba el poeta, Dorin no estaba mas en el lugar que estaba, Acevedo era Armenia, los frentes todos cambiados, el San Bernardo no habla Ydish, justo por la fecha algún shana toba escucho pero los menos. ¿A un viandante le pregunto, esto es Villa Crespo? No señor, esto es Palermo Queens. Se le tapaban todas las arterias de corazón y los latidos eran más fuertes, camino por Gurruchaga hasta San Bernardo, la curtiembre no estaba, no había más obreros, el bar con el que se reunía con Jacobo Fijman estaba tapiado. Pero la Iglesia a la que se le había derrumbado el techo, guardaba una placa que lo recordaba, un atractivo turístico mas en el recorrido de aquellos que con el recorrido turístico de Palermo Queens podían ver el Conventillo de la Paloma y la Iglesia de San Bernardo, donde se apareció dios al loco en el Adán Buenos Ayres. Leopoldo no resistió más, no pudo más, quería huir lo más rápido posible de esos lugares usurpados por una modernidad trucha, así que pregunto, que línea de colectivo lo llevaba a la Paternal, las caras de asombro fueron terribles, entre ellos se preguntaban ¿La Paternal? ¿Que querrá decir con esto? Casi exhausto les dijo Juan B Justo y Av. San Martín... Ah, dijo un pibe de un Delivery, ¿ud quiere ir a Palermo Bronx? Leopoldo quedo duro en el instante mismo en el que dios lo iba a llamar para que vuelva.. Por la Avenida de doble mano pasaba la hinchada de los bichos colorados de Palermo Bronx, tenian un partido fulo con su rival Saint Lorentz del Baix Fleurs

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