04 septiembre 2007

EL VASQUITO DE LA SOTA

NO MATARAS


La docta tiene una impresionante tradición jesuítica lo que la ha hecho particularmente heterodoxa y a la vez perseverante. Si queremos mostrar algo exótico del país y la vez tan nuestro como el mate: Córdoba. Base del proyecto industrial del General Perón, junto al cordón urbano de Buenos Aires, no se conformo con ser peronista. Fue mucho más que eso. Siempre fue la rebelde, la autónoma. La indómita, pero a su vez la permanente Córdoba. Córdoba esta en las entrañas mismas de nuestra historia, para bien o para mal, Córdoba es nuestra historia pasada y reciente. Todo un lujo. Sobrevivió al coloniaje, fue formadora del intelecto de generaciones de pensadores del país. Afecta a la filosofía, a la política, a la teología, a la honradez y a la picardía. Bastión Radical, el cual dejara para la historia uno de los mas cuestionados presidentes de la galería reciente de la argentina, no por su honradez y austeridad que fue grande, sino por la llegada al gobierno, como fue Arturo Illía. La provincia fue poco a poco desgastada políticamente, por un hombre que podía desde su pasado de Guardia de Hierro, amalgamar modernidad y maleabilidad al cambio. EL gallego de la Sota. El gallego, recupera para “el peronismo” la provincia. En realidad hace de la Sotismo. Coquetea con todos, los gobiernos de turno y siempre él va flotando con diversos cargos públicos que lo mantienen en la palestra expectante. Decide la suerte de Rodríguez Saa y la llegada de Duhalde al gobierno, cuando le quita el apoyo de los gobernadores en la cita en Chapadmalal, que culmina con la renuncia del puntano en su provincia y la crisis pone a Duhalde como solución única como camino transitable, a lo que seria luego la victoria de Kichner. Hoy la gaya ciencia de la alquimia pintoresca de Córdoba hace que Schiaretti pueda llegar a ser gobernador de Córdoba, y que Juez sea condecorado con una elección fantástica, que termine con las pretensiones de un delasotismo incorrecto en el devenir. Los aliados de Alberto Fernández, lo ven así. No voy a hacer un panegírico aquí de Juan Manuel de la Sota, pero para muchos de esos muchachos que hoy sepultan a de la Sota, les aviso que son aprendices. Que la virtud más grande política del cordobés es la versatilidad y la llegada al poder. No lo maten, aun sea muy buena la elección de Juez, él, no era el candidato, él no murió.


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