La derecha sin Ideología
Lo que duran dos peces de Hielo en un whisky on the rocks dice Sabina en una canción. Así es la derecha de Sarkozy. Derecha que transcurre en el discurso y no en la realidad y que oculta sus negociaciones con la guerrilla colombiana para lograr un objetivo de impacto político en una sociedad cholula como es la europea, sobre todo sensibilizada con Latinoamérica, pero que no los quieren cerca. Ayer se veía un poco en la confrontación Rajoy – Zapatero. La inmigración plantea una crisis de valores positivos entre xenofobia y trabajo barato que los europeos no están en condiciones de poder resolver en su cabeza. Si el correlato de la derecha vernácula es Macri, la derecha desideologizada es Macri, la derecha sin principios, la derecha que puede negociar todo y con cualquiera porque lo importante es el resultado de la gestión. Se le complica. Porque la batalla por el poder se va a dar en las ideas propias que motorizan la gestión, y si Macri cree porque las cosas se ejecutan no importa la ideología desde donde se hacen, y no se da cuenta, por ejemplo, que Cromañón no es un estado de cosas, sino una visión política de la ciudad autónoma, cargada de un tiente ideológico sobre la forma de construir poder, el no hubiera ganado jamás la Jefatura de gobierno. Y que el juicio político, forzado o no forzado a Ibarra, le correspondía, porque ese estado de cosas en el que se hallaba la ciudad él era responsable, porque todo era resultado de dejar hacer, dejar pasar para no tener ningún frente de tormenta y resulta ejemplificador.
Sarkozy cree que manejar una potencia mundial le da derecho a tener interlocución propia, quizás Colombia no debió ingresar a territorio ecuatoriano, Sarkozy no debió tampoco iniciar conversación por sí mismo, aunque se lamente públicamente, ni las Farc tomar rehenes. Siga el corso.
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