LA CONTRADICCIONES DEL SISTEMA

PARA LA EPOCA EN DONDE LA ARGENTINA TIENE UNA PROFUNDA RAIZ CATOLICA

Todos queremos eliminar el celibato, que la igualdad de derechos civiles de las parejas, el aborto como libre elección de la mujer, la eliminación del latín como lengua originaria del Estado Vaticano. En fin, tantas cosas se odian de la iglesia, que justo, justo adoramos las vacaciones que nos brindan las pascuas. Ahí queremos los huevos de pascua con chocolate, las vacaciones cortas y las ultimas templadas de un pálido verano, las empanadas de mil hojas con atún, caballa o mariscos, la paella a la valenciana, el pulpo a la española, ir a un cabañita en Tandil y comer quesitos para hacer el vía crucis en el Calvario. En fin, hacemos todo eso y queremos que no especulen sobre lo que vamos a gastar para darnos el gusto. Pero no vayamos, no comamos, no consumamos, no celebremos no rompamos los huevos de chocolate. Los comerciantes que están en la misma debacle de precios que nosotros, pero aun así tienen la capacidad de fijar márgenes de 40% más caros o algo por encima del mismo. Pero eso no es nada, lo hacen porque es seguro que alguno argentino hasta la muerte, lo pagara. Después,no le quepan dudas, que en algún café del centro luego de la cola del banco, se quejara a nuestra par de la escalada de precios y de que el gobierno no hace nada. El también se debe sentir un santo varón (o mujer) de los que contribuyen a la grandeza cotidiana del país. Debe ser lo jodido de llegar a viejo, todos los años para Semana Santa, para el inicio de clases, para las fiestas de fin de año o para cualquier evento simpático: el aumento del costo de los insumos y las consecuentes quejas mediaticas. Lo más grave, pero lo más grave, es que aumentan y el mundo sigue andando, por adaptación o porque los compramos. La rueda de la fortuna gira, somos unos pelotudos vendedores y compradores. ¿El gobierno que va hacer? Nada. Jamás un gobierno puede estar en el acto de compra venta de algo en todo el país en el momento de que esto suceda, ni en Cuba, chico.