21 marzo 2008

LA OCCITANA SOCIALISTA DE AMERICA DEL SUR

LA EVIDENCIA SUPERA A LA VERDAD

Siempre temí que Francia interviniera en forma de conflicto armado relámpago en Colombia para rescatar a Ingrid Betancourt. Me parecía, una jugada que apoyaba la Francia de Sarkozy a la alicaída política Antiterrorista de Bush, y demostraba el interés de Estados Unidos sobre la política latinoamericana, sin meterse de lleno USA en otro frente de batalla. Así lo dije repetidamente el blog, antes y después de que Sarkozy fuera electo jefe del estado Francés. Un artículo de Eduardo Fabregat desde Paris aparecido en Pagina 12 del día de la fecha, sugiere que la política de mediación (no la de intervención militar que yo sugería) fue la que llevo al gobierno de Uribe como las miguitas de pan, a encontrar a Reyes, con los resultados por todos conocidos. Y no solo ello. No hablamos aquí de la muerte del 2do. Del Secretariado de las FARC, sino de la intervención directa o indirecta de Francia en ese objetivo, y como resultado de ello, la manifiesta y clara intención de que la región no podía entrar en conflicto por factor exógenos. Cuyo vocero fue Lula de Silva, el presidente de Brasil en la Asamblea de la OEA. Cuenta Fabregat como las FARC jugaron un rol interesante con un gambito a la dama con el Canciller Villepin con unas coordenadas y un envió humanitario que hizo Francia y que en realidad culmino más que con la entrega de la Rehén Ingrid Betancourt, de un video a Chávez donde la misma, aparecía en un estado calamitoso.
Interesante la elipsis de la nota referida a esta situación en la que involucra también al gobierno argentino a un póker, termina la misma diciendo:
Es un auténtico póker: ¿quién miente más?, ¿quién disimula más? Fuera de los mismos rehenes, no hay ni buenos ni malos. Todo vale en esta guerra cruenta. Un póker real que suele tener, como la vida, ganadores cambiantes.

1 comentario:

Eduardo Fabregat dijo...

Por un error en el sitio de Página/12, la nota sobre las FARC aparece firmada por mí, pero es del periodista Eduardo Febbro.
Saludos.