Los duelistas Walter Curia
wcuria@clarin.com
En El duelo, una corta novela de Conrad, dos oficiales del Ejército francés mantienen una batalla privada y permanente en los intervalos de las guerras napoleónicas. En esa contienda se enfrentan el honor, el coraje y la obsesión, pero por sobre todo, la insensatez: la lucha contra el otro, la eliminación del otro, los conduce necesariamente a la propia destrucción. El duelo entre Kirchner y los docentes santacruceños, lugar en el que alternan los municipales de Río Gallegos y en ocasiones la propia oposición política, parece tener como único y secreto destino acabar con el otro. La pulseada lleva más de quince años y ha atravesado por todas las épocas y escenarios. Apenas si puede verse en cada lado el menor rasgo de sensatez.
QUE CURIA PASE POR LA SACRISTIA.
Solo siguiendo la lógica y su sensatez en la madurez del duelista que se convierte en héroe de la narración de Conrad, es como la visión del futuro pendenciero lo que lo lleva a obrar con temeridad, pero con conciencia, de que había que terminar con la situación. Este dato que omite el periodista, es como para decir que al presidente le bastaría con solo admitir que mostrando el básico salarial que le ordeno firmar a su Ministro Filmus con CTera dentro del Marco de la Ley Federal de Educación, y que le sirvió de excusa Filmus en el caso de la muerte del Maestro Fuentealba, y que solo tendía a instalar en sociedad a un Filmus desconocido en la campaña porteña, debería ser necesario, como para que la otra parte se quedara sin el argumento de base. Pero el presidente, no quiere ceder nada. Que quede claro, no tiene la sabiduría, ni la riqueza, ni la imaginación de dar para cambiar, consolidar y seguir. Por ende traba la más feroz de las batallas, patético desde los atriles de la presidencia por su madre, como si estuviera sola ante el “populacho”. En realidad y volviendo a los duelistas de Conrad y a la película fiel de Ridley Scout, Kichner no maduró, ni vió que esa persecución estéril debía terminar. Y que ante el valor y la obsecuencia se debe enfrentar el toro por las astas. Y si uno cometió un error básico debe enmendarlo, y si lo hace, la falta esta del lado del ofensor. Toda confrontación deja de ser mera pendencia. Pero no, el escenario parece ser otro. Creo que el presidente se siente mas cómodo perseguido por el sueldo docente que por la corrupción de Skanska, una elección de gobierno. Creo que es valida. Y en suma no puede igualar al Presidente de la Nación con los maestros en una pelea como si fueran gatos callejeros. Se supone que alguién, tiene un algo de brillo y recursos para la salida al conflicto, más con el discurso político que armó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario