La mataba de pecho
Pateaba como un cañonazo
Sabía como fusilar a un arquero
Tenía un tres dedos que era un misil
Corría como un tiro
Tenía un arranque explosivo
Salía con los tapones de punta
Era guapo con los que jugaban bien
Si te agarraba te quebraba
Era matón en el medio
Se te venia a las barbas
Arrugaba en la barrera
Era mandón en la cancha
Le gustaba la pelota al pie
Cuando podía la reventaba.
No tenía lujos.
No tenía club fijo
Cuando algo no le gustaba se montaba la moto.
No sabia aguantar ningún trapo
Por falta de táctica dejo de jugar en La Higuera.
Pateaba como un cañonazo
Sabía como fusilar a un arquero
Tenía un tres dedos que era un misil
Corría como un tiro
Tenía un arranque explosivo
Salía con los tapones de punta
Era guapo con los que jugaban bien
Si te agarraba te quebraba
Era matón en el medio
Se te venia a las barbas
Arrugaba en la barrera
Era mandón en la cancha
Le gustaba la pelota al pie
Cuando podía la reventaba.
No tenía lujos.
No tenía club fijo
Cuando algo no le gustaba se montaba la moto.
No sabia aguantar ningún trapo
Por falta de táctica dejo de jugar en La Higuera.
1 comentario:
El partido entre carceleros y presos de la villa marista era todo un clásico, hasta que misteriosamente se le fueron muriendo todos los jugadores del equipo contrario. (Aparecían con un tiro en la nuca y rodeados de ceniza de cigarro)
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