26 noviembre 2007

LLEGAR A LA HABANA

PEAJE


A cualquier turista observador no se le escapa. No se va a cuestionar a Cuba como país revolucionario, ni patriota, que ha sostenido un embargo de Estados Unidos por largos años. Ni se cuestionara es el comportamiento con los turistas y como esta el manejo en las calles de un país que a las claras se lo pinta como un paraíso de la sinceridad y la no corrupción. N, sale a caminar por el barrio X. Se le acerca un joven y le pide hacer un cambio de moneda. La situación es que ya Cuba esta eurificada, hay una moneda nacional y una turista. Las tres no tienen nada que ver en si mismas. Además para un turista la moneda nacional no le sirve para pagar nada. Solo para los locales, por ende, se desesperan para agarrar a los novatos y cambiarle dinero local por euros o dólares y pera que luego los recupere a mucho menor valor. N, no accedió, pero tenían tal persistencia que le invito a tomar un café. Pero N que no sabia desembarazase de esa persona, dijo, pero pago yo, y fueron a un café de la zona, por lo que al terminar la consumición, y como recién llegado pago con 20 euros, lo que le costaba 6 en moneda nacional. Por lo que ya le habían trampeado. Pero tal cual le dijo alguien al menos te devolvieron catorce, no menos o cualquier cosa. N se puso fuerte y se desembarazo de pesado joven y ya casi de noche salio a la calle, por lo que se le cruzo un moreno algo y fornido y le dijo, yo soy J el esposo de R del hotel usted es N me dijo R que le debía cambiar dinero. Para lo cual N le contesto, no, R le explico mas en ningún momento le di esa consigna y mucho menos hable con ella de esto. Para lo cual J dijo vamos, vamos vamos, que Ud debe cambiar dinero. Para lo cual N dijo, no y siguió la marcha. N entendió que por algún sistema de Celular o beeper se avisaban cuadra de por medio porque así fue hasta la llegada del hotel, fue un real acosa monetario. Los pesos del vuelto de los veinte euros en moneda, los distribuye entre sus sobrinos como recuerdo de moneda de la isla. Como asistía a un Congreso que se celebraba en la Habana no fue grande su sorpresa, cuando comentaba la cantidad de estas situaciones que se intercambiaban sus colegas, y en especial el robo (referían) de electrónicos, celulares, (que se lo habían pedido insistentemente) cámara digitales y notebooks. Inclusive en los cuartos del hotel, que eran revisados sistemáticamente por la seguridad y las criadas. Pero que cuando se hacia la denuncia de algún faltante, automáticamente se iniciaba una especia de sumario, comentaba N, que nadie entendía nada, pero que en suma servia para que nadie dejara nada en ese lugar y todos se fueran luego a lugares mas seguros que la Habana. Al retorno y cuando contaban todo este sistema de latrocinios, he tenido que poner el grito en el cielo, pues no lo he llegado a ver como tal a una Isla que esta bloqueada por el imperialismo desde hace tantos años y el turismo va a pavonear a la cultura socialista su concepto de propiedad. Por lo tanto, consideraría estas situaciones como un verdadero impuesto revolucionario más que una canallada hecha por malhechores.


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