Verdadera rémora política, nunca gana por proyecto propio, gana por anexarse a la piel de algún político, inclusive como Domingo Cavallo. Blasfemo, inventador de argumentos sobre el olor a rosas de la caca. Sirve para vanagloriarse del poder que el mismo no sabe conseguir. Piojo de peluca, cola de león. Alcahuete. Botón. Este residuo toxico de la política es el cambio que nos propuso Cristina I y ultima. Esposa del toco y vuelvo. Se encarga de poner en tela de juicio todo, menos a el mismo y su entorno, por lo cual se lo nota mal bicho, corporativo y deshilvanado. Lo vemos aquí en una fotografía tratando de promocionar su campaña para reestructurar el PJ de la Ciudad Autónoma, que bajo la consigna de “NIDEA” lanzo a la militancia a ver que carajo hace.
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