03 noviembre 2007

LAS TRES FLORES DE LA COSTA

Cuando mi amigo el encuestador (a) revisaba los resultados de las elecciones de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tal cual es su carácter de bostero implacable, saco algun cartel y lo pego que decía Macri perdiste votos, no pudiste poner a Melconian. Lo cual es cierto. Tampoco plantamos un pino en el congreso, ni luce tan lozano la Cámara de diputados. Hoy leo a la mañana los comentarios del corsario de la política kichenrista del diputado todo terreno aldoriquista por conveniencia Carlos Kunkel que decía al respecto, que habría que ver que pasaba en la Ciudad de Buenos Aires, que el Peronismo (su peronismo) lleva tres derrotas al hilo. La única que gano fue con Ibarra, que no es peronista, y en segunda vuelta por espanto. Ya va, Ya va. Me pregunta el lector ¿adonde voy? Simple: no hay que dar por Macri mas de lo que Macri vale. En la Ciudad Autónoma se expresa palmariamente el voto antikichnerista. Sin más. Creo que si en algo fue prudente Macri fue no montarse en la victoria o el triunfalismo. Porque semejante aluvión de votos eran todos prestados. Y como diría el empresario cantor, los vecinos no saben como decile al presidente de este teatro chino que no se soporta el estilo de gobernar. Pero que lo expresan claro, por dios. Llevan tres derrotas al hilo y no pueden hacer nada para revertir la tirria que le tienen. Solo decir que deberían aprender del otro país a votar, claro, que Alberto Fernández lo dijo de muy buena onda. No en el sentido que todos de mala manera lo han querido interpretar. Pero el voto urbano, muy por el contrario de lo que se cree no es simplemente un voto burgués y gorila, es también un voto progresista. Que ve en las políticas neoliberales de Kichner y que pretende continuar Cristina la imagen de Martínez de Oz impregnada en las estrofas de las odas patriarcales de Rioja de Funes. Animaladas como decir que no se despiden trabajadores del Indec, sino que no se renuevan contratos transitorios, dando por sentado que el estado puede transgredir la ley contratando personal transitorio y no por nomina, es realmente un argumento para chicos de jardín de infantes. Esto demuestra que de la idea de los derechos de los trabajadores no saben nada. En suma. Para tranquilidad de los lectores, el voto de la Ciudad Autónoma no es gorila ni antiperonista, es simplemente antikichnerista. Puede ser Carrio, Macri, o quien cuadre, pero jamás una gestión que ejecuta este gobierno, le pese a quien le pese. Cuando manda a Scioli a la provincia de Buenos Aires, habia resignado el rey.

1 comentario:

a.f dijo...

Vamos con los tópicos del posmodernismo a la tumba.
Juventud fue la mía, la tuya no existe, los que votan nacieron todos antes del '70.
En Capital (por más cómodo que les quede para hacer el análisis) no anida el voto vegetativo de aquellos que aplaudieron la "huida del tirano". Cuando nuestra conciencia de sí mismos vio la luz ya se estaba votando de vuelta, no conocemos otra cosa que la apatía política como forma de resistencia a una política que mires para donde mires es menos inclusiva que nunca y cuyas prácticas discursivas remiten al "no te metas" (por no decir, "no jodas pendejo"). En fin, el voto no es gorila, no votó la Sociedad Rural, lo que les sucede es que es un voto político en un contexto dónde se intenta reducir la política a su expresión más básica, y les molesta porque están acostumbrados a que uno desprecie la política dándoles así un espacio (y un poder) que han deslegitimado sistemáticamente (pero como nos damos cuenta de que el mercado y sus representantantes no pueden reemplazarlo lo vamos redescubriendo como instancia válida de construcción de otra realidad), cuando uno les cuestiona su lugar negándoles una representación política que no se atrevería a legitimar ni una hormiga corporativista saltan como leche hervida. El Kirchnerismo no puede cambiar eso, pues está en la raíz de su modelo la destrucción de la política, lo que molesta no es que sea peronismo de centro-izquierda como menciona el nabo de Casullo sino que se proponga como algo que no es, ni puede ser, es simple, cuando uno se da cuenta de eso les dice que no, no es tan complicado.