El Tango 01
Comprado por Menem en 1992 fue la opulencia volando de la gloria de su gobierno. Algo a la altura de su estilo. Con el tiempo el avión se fue convirtiendo en una pesadilla para los gobernantes. De la Rua, en campaña aseguro que la primera medida era venderlo. Nadie lo quiso. El valor de compra era tan caro, que si lo vendía, el costo del sobreprecio se lo iban a facturar a él. Ahí quedo, como símbolo de la década de lujo y boato del neoliberalismo escandaloso. Paso por un montón de presidentes más, los mismos que gobernaron el país durante los trágicos y caceroleros días del corralito y el corralón. Hasta llegar al renacer Kichnerista, donde el Cachivachezco Tango 01 era tomado como el báculo del Papa, así, en el 2004, casi lo manda al tacho al Presi. Por una modesta suma unos 5.300.000 mangos (no se si dólares o pesos) ya la convertibilidad no existía, lo mandamos a Israel, no como a la tierra prometida, sino de service. Casi un año ha estado allí, pero nos los devolvieron clueco, el maravilloso avión ya no era transoceánico, sino que debía hacer escalas en tierra para llegar a los grandes destinos, nos había dejado un presidente de cabotaje. Semejante avión para viajar a Calafate los fines de semana. Ahora de retorno de la gloriosa jornada de Santa Cruz el ya tenebroso avión casi con patético esfuerzo y ante el recalentamiento de la turbina salva a toda la tripulación, es decir, al presidente en ejercicio y al presidente electo. Doble salvataje, y además a su descendencia. Ahora, Ya no tendremos un presidente pijerto, y una presidente cajetilla, Bush seguirá en su súper avión, el México también, Lula también, y ¿nosotros?, culpa de la horrorosa deuda recibida alquilando o charteando aviones, toda una vergüenza. Seamos sinceros.
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