NO NOS QUEMEN MAS CAMPOSSSSSSSSSSS, NO NOS QUEMEN MAS CAMPOS!!!
Tengo suficientemente claro que luego del racionalismo, Bertrand Russell, Cantor, Wittgenstein, Karl Popper, y muchos mas filósofos , inclusive el argentino Klimosky que en alguna ocasión honro mi no saber como profesor de Filosofía de las Ciencias en la Universidad, la lógica aristotélica no permite el desarrollo de la ciencia, y básicamente porque busca la verdad absoluta, por un lado, y por otro usa algo tan inofensivo y a la vez urticante como es el lenguaje coloquial, por lo tanto, ya no hay una experiencia de lo sagrado en el lenguaje como podían sentir los griegos en la antigüedad, por ende, el lenguaje convencional puede ser reemplazado por un lenguaje simbólico e inclusive por la matemática, aun así la verdad es consistencia con la realidad, en función del contexto que analizo, no en relación a universales positivos ad aeternum como quizás lo pensó la antigüedad. Pero veamos un poco la parte de la argumentación silogística y la derivación que ha tenido en la sofistica en cualquier tratado de lógica antigua, con algunos ejemplos, para entender que cosas sucedían en los encendidos discursos de los legisladores del FPV e inclusive algunos como los de Macaluse que uno no sabe para que termina votando en contra porque estaba de acuerdo en todo. Pero minga te bua dar el voto. Inclusive, no escuchamos el traidor hijo de puta de Kunkel a Borocoto cuando se vino al bloque de FPV, sino mas bien con cara de asco le sonrió, porque no digamos que lo que hizo Borocoto a Kunkel le gusto visceralmente y creyó que se había convertido ideológicamente. En fin, aquí les dejo este extracto de manual de lógica para que vean las argumentaciones más palurdas vistas. Total se llego a Hegel. No me va a decir que para el Gato Sessa cuando le salió con los tapones de punta a Palacios no lo quiso lastimar, mirada de apreciación Macaya.
De la argumentación sofística
148. Nexo. Puesto que "atañe a la consideración del lógico el evitar la falsedad de los errores, evitando el falso raciocinio", debemos hablar ahora algo acerca de las falsedades de esta índole.
Se llama sofisma la argumentación falsa, no una argumentación falsa cualquiera, v.g., por la falsedad de las premisas, sino solamente aquella, que por un cierto defecto lógico un tanto oculto conduce a la falsedad bajo apariencia de verdad.
Se llama también paralogismo (falso silogismo por razón de la forma). Sin embargo se da esta diferencia en el uso corriente, a saber, que el sofisma es una argumentación no recta, realizada con la intención de engañar, mientras que paralogismo procede con buena intención.
División de los sofismas. Según Aristóteles, los sofismas se dividen en el vocablo, en decir, según la dicción, y en la realidad, es decir, fuera de la dicción; el mismo Aristóteles enumera trece, seis en el vocablo y siete en la realidad. Otros aducen otros sofismas de menor importancia.
149. Los sofismas de la dicción, es decir, en el vocablo, son aquellos en los cuales, a causa de la unidad del vocablo se concluye que se da la unidad también en la realidad. Los principales son: la equivocación. es la diversa significación de una sola palabra, y la falacia se da en el uso de ésta, en diversos sentidos, v.g.: el toro muge; ahora bien, el monte es toro; luego, el monte muge. Se resuelve distinguiendo los sentidos; concediendo los sentidos verdaderos, pero negando los falsos.
La falacia de la anfibología "es el engaño que proviene del hecho de que todas las palabras completamente las mismas significan muchas cosas". Ejemplo muy conocido es el oráculo dado a Pyrro:, "Eácida, digo que tú puedes vencer a los romanos. Eácida, te digo que los romanos pueden vencer": ambas frases se dicen en latín con las mismas palabras: "Aio te, Aeacida, Romanos vincere posse". De ahí, la anfibología.
La falacia del sentido. compuesto y de] sentido diviso consiste en que algo que juntamente con otro elemento. que es verdadero (en sentido compuesto), se le tiene también como verdadero sin el otro elemento (en sentido diviso) y al contrario, v.g., es imposible que uno que está sentado camine (en sentido compuesto); es así que Pedro está sentado; luego, es imposible que Pedro camine (en sentido diviso); o: dos y tres son pares e impares (en sentido diviso); es as que dos y tres son cinco; luego, cinco son pares e impares (en sentido compuesto).
La falacia del acento proviene del hecho de que "alguna dicción pronunciada de diversa manera significa cosas diversas". v.g.: el que busca una liebre (leporem) anda por el campo; es así que tú, sentado en casa tratas de buscar un chiste (leporem); luego, tú paseas por el campo estando sentado en casa.
La falacia de la figura de dicción "es el engaño que proviene del hecho de que alguna palabra semejante a otra parece que tiene el mismo modo de significar, a pesar de que en realidad no lo tiene". v.g.: Orator (el orador) es una palabra de la tercera declinación latina; es así que Cicerón fue orador; luego Cicerón es una palabra de la tercera declinación latina.
150. (Principales) falacias fuera de la dicción. es decir, en la realidad; son aquellas en las cuales lo que se da en la realidad bajo un aspecto, se intenta que se dé bajo otro, o según todos los aspectos.
Se comete la falacia del accidente, si aquello que se dice de alguien "per accidens", según algún aspecto, se atribuyen "simpliciter", o según otro aspecto, v.g., las ciencias naturales se oponen a la fe. (per accidens ; luego deben ser rechazadas (per se).
Son demasiado frecuentes las falacias de esta índole en la vida ordinaria, e incluso en pseudociencia, v.g., en la historia, cuando alguno, de] hecho de que algún sacerdote, algún patrono, algún obrero, obra mal, afirma con certeza que obran mal todos los sacerdotes, todos los patronos, todos los obreros.
Son también célebres las falacias conocidas en la antigüedad con el nombre de "del mentiroso" y de "Electra":
1) El mentiroso puede afirmar que él es mentiroso; es as que si esto afirma, dice la verdad; ahora bien, el que dice la verdad no es mentiroso; luego el mentiroso. no es mentiroso..
2) ¿Acaso Electra conoció que volvía Oreste? - No. - Luego, no conoció a su hermano.
Ignorancia del elenco; como quiera que el elenco significa refutación, ignorar el elenco es ignorar el modo de refutar que debe oponerse adecuadamente al contrario; y de esto proviene el que no se sopesan bien aquellos elementos que pertenecen a la proposición o al estado de la cuestión. Como si alguien, v.g., quiere probar la libertad de indiferencia del hombre por el hecho de que esté libre de las cadenas; si en cambio, en la refutación se atribuye al contrario la opinión, que él mismo no tiene, y después se lucha en contra de la misma, v.g., los protestantes contra el. culto (según ellos idolátrico) católico de la Santísima Virgen Maria. Pues así se hace un tránsito a otro genero. Está unido con esto la argumentación por la cual se prueba demasiado, según aquel dicho: "lo que prueba demasiado no prueba nada", esto es, la argumentación, de la cual se deduce algo falso, no prueba legítimamente lo que intentaba probar.
151. Petición de principio. Principio significa propósito intentado.
Así pues, alguien cae en la petición de principio cuando pide para sí que se le conceda el propósito principal que debe probarse; esta falacia es el engaño que proviene del hecho de que se asume lo mismo para la prueba de sí mismo bajo otro vocablo. Se dice bajo otro vocablo, porque si fuera bajo el mismo vocablo, no sería falacia, sino que sería ineptitud o incapacidad; v.g., cuando lo definido se pone para la definición de la definición, o cuando un término correlativo se presenta para la prueba de otro término., v.g., si para probar que Sócrates es padre de Platón dices que Platón es hijo de Sócrates. A esto se refiere también el círculo vicioso, que se comete si algo se prueba por otra cosa, que a su vez se prueba por la primera. Así , v.g. Descartes, cuando prueba, la existencia de Dios por la idea clara, y a su vez prueba que las ideas claras son veraces por la existencia de Dios.
Falacia del consiguiente. Consiste en la ilegítima conclusión del silogismo condicional , v.g.: si Pedro lee, no duerme; es as que no duerme, luego lee.
La falacia de la no causa como causa o la falacia del después de esto, luego a causa de esto, consiste en que alguien presenta la causa de algún efecto, la cual no es verdadera causa de ese efecto, o cuando la falsedad de alguna conclusión se atribuye a alguna proposición verdadera, v.g.: Si no existiera ningún tiempo, no existiría la noche; si la noche no existiera, sería de día; pero si fuera de día, existiría algún tiempo: luego, si no existiera ningún tiempo, existiría algún tiempo.
La falacia de la múltiple pregunta "per modum unius", consiste en que muchas preguntas, a las cuales se les debería dar muchas respuestas, se proponen a manera de una sola pregunta, v.g.: ¿La virtud y el vicio son buenos o malos? Pues el incauto que niega o afirma simplemente, al instante es refutado de error.
La falacia de la universalidad fingida, es decir, el silogismo pseudógrafo, puede darse en el argumento inductivo, cuando alguien, después de haber enumerado algunos términos, lo que ha encontrado en ellos lo transfiere a todos, v.g.: Hay hombres infames que se las dan de piadosos; luego la piedad es hipocresía.
De la argumentación sofística
148. Nexo. Puesto que "atañe a la consideración del lógico el evitar la falsedad de los errores, evitando el falso raciocinio", debemos hablar ahora algo acerca de las falsedades de esta índole.
Se llama sofisma la argumentación falsa, no una argumentación falsa cualquiera, v.g., por la falsedad de las premisas, sino solamente aquella, que por un cierto defecto lógico un tanto oculto conduce a la falsedad bajo apariencia de verdad.
Se llama también paralogismo (falso silogismo por razón de la forma). Sin embargo se da esta diferencia en el uso corriente, a saber, que el sofisma es una argumentación no recta, realizada con la intención de engañar, mientras que paralogismo procede con buena intención.
División de los sofismas. Según Aristóteles, los sofismas se dividen en el vocablo, en decir, según la dicción, y en la realidad, es decir, fuera de la dicción; el mismo Aristóteles enumera trece, seis en el vocablo y siete en la realidad. Otros aducen otros sofismas de menor importancia.
149. Los sofismas de la dicción, es decir, en el vocablo, son aquellos en los cuales, a causa de la unidad del vocablo se concluye que se da la unidad también en la realidad. Los principales son: la equivocación. es la diversa significación de una sola palabra, y la falacia se da en el uso de ésta, en diversos sentidos, v.g.: el toro muge; ahora bien, el monte es toro; luego, el monte muge. Se resuelve distinguiendo los sentidos; concediendo los sentidos verdaderos, pero negando los falsos.
La falacia de la anfibología "es el engaño que proviene del hecho de que todas las palabras completamente las mismas significan muchas cosas". Ejemplo muy conocido es el oráculo dado a Pyrro:, "Eácida, digo que tú puedes vencer a los romanos. Eácida, te digo que los romanos pueden vencer": ambas frases se dicen en latín con las mismas palabras: "Aio te, Aeacida, Romanos vincere posse". De ahí, la anfibología.
La falacia del sentido. compuesto y de] sentido diviso consiste en que algo que juntamente con otro elemento. que es verdadero (en sentido compuesto), se le tiene también como verdadero sin el otro elemento (en sentido diviso) y al contrario, v.g., es imposible que uno que está sentado camine (en sentido compuesto); es así que Pedro está sentado; luego, es imposible que Pedro camine (en sentido diviso); o: dos y tres son pares e impares (en sentido diviso); es as que dos y tres son cinco; luego, cinco son pares e impares (en sentido compuesto).
La falacia del acento proviene del hecho de que "alguna dicción pronunciada de diversa manera significa cosas diversas". v.g.: el que busca una liebre (leporem) anda por el campo; es así que tú, sentado en casa tratas de buscar un chiste (leporem); luego, tú paseas por el campo estando sentado en casa.
La falacia de la figura de dicción "es el engaño que proviene del hecho de que alguna palabra semejante a otra parece que tiene el mismo modo de significar, a pesar de que en realidad no lo tiene". v.g.: Orator (el orador) es una palabra de la tercera declinación latina; es así que Cicerón fue orador; luego Cicerón es una palabra de la tercera declinación latina.
150. (Principales) falacias fuera de la dicción. es decir, en la realidad; son aquellas en las cuales lo que se da en la realidad bajo un aspecto, se intenta que se dé bajo otro, o según todos los aspectos.
Se comete la falacia del accidente, si aquello que se dice de alguien "per accidens", según algún aspecto, se atribuyen "simpliciter", o según otro aspecto, v.g., las ciencias naturales se oponen a la fe. (per accidens ; luego deben ser rechazadas (per se).
Son demasiado frecuentes las falacias de esta índole en la vida ordinaria, e incluso en pseudociencia, v.g., en la historia, cuando alguno, de] hecho de que algún sacerdote, algún patrono, algún obrero, obra mal, afirma con certeza que obran mal todos los sacerdotes, todos los patronos, todos los obreros.
Son también célebres las falacias conocidas en la antigüedad con el nombre de "del mentiroso" y de "Electra":
1) El mentiroso puede afirmar que él es mentiroso; es as que si esto afirma, dice la verdad; ahora bien, el que dice la verdad no es mentiroso; luego el mentiroso. no es mentiroso..
2) ¿Acaso Electra conoció que volvía Oreste? - No. - Luego, no conoció a su hermano.
Ignorancia del elenco; como quiera que el elenco significa refutación, ignorar el elenco es ignorar el modo de refutar que debe oponerse adecuadamente al contrario; y de esto proviene el que no se sopesan bien aquellos elementos que pertenecen a la proposición o al estado de la cuestión. Como si alguien, v.g., quiere probar la libertad de indiferencia del hombre por el hecho de que esté libre de las cadenas; si en cambio, en la refutación se atribuye al contrario la opinión, que él mismo no tiene, y después se lucha en contra de la misma, v.g., los protestantes contra el. culto (según ellos idolátrico) católico de la Santísima Virgen Maria. Pues así se hace un tránsito a otro genero. Está unido con esto la argumentación por la cual se prueba demasiado, según aquel dicho: "lo que prueba demasiado no prueba nada", esto es, la argumentación, de la cual se deduce algo falso, no prueba legítimamente lo que intentaba probar.
151. Petición de principio. Principio significa propósito intentado.
Así pues, alguien cae en la petición de principio cuando pide para sí que se le conceda el propósito principal que debe probarse; esta falacia es el engaño que proviene del hecho de que se asume lo mismo para la prueba de sí mismo bajo otro vocablo. Se dice bajo otro vocablo, porque si fuera bajo el mismo vocablo, no sería falacia, sino que sería ineptitud o incapacidad; v.g., cuando lo definido se pone para la definición de la definición, o cuando un término correlativo se presenta para la prueba de otro término., v.g., si para probar que Sócrates es padre de Platón dices que Platón es hijo de Sócrates. A esto se refiere también el círculo vicioso, que se comete si algo se prueba por otra cosa, que a su vez se prueba por la primera. Así , v.g. Descartes, cuando prueba, la existencia de Dios por la idea clara, y a su vez prueba que las ideas claras son veraces por la existencia de Dios.
Falacia del consiguiente. Consiste en la ilegítima conclusión del silogismo condicional , v.g.: si Pedro lee, no duerme; es as que no duerme, luego lee.
La falacia de la no causa como causa o la falacia del después de esto, luego a causa de esto, consiste en que alguien presenta la causa de algún efecto, la cual no es verdadera causa de ese efecto, o cuando la falsedad de alguna conclusión se atribuye a alguna proposición verdadera, v.g.: Si no existiera ningún tiempo, no existiría la noche; si la noche no existiera, sería de día; pero si fuera de día, existiría algún tiempo: luego, si no existiera ningún tiempo, existiría algún tiempo.
La falacia de la múltiple pregunta "per modum unius", consiste en que muchas preguntas, a las cuales se les debería dar muchas respuestas, se proponen a manera de una sola pregunta, v.g.: ¿La virtud y el vicio son buenos o malos? Pues el incauto que niega o afirma simplemente, al instante es refutado de error.
La falacia de la universalidad fingida, es decir, el silogismo pseudógrafo, puede darse en el argumento inductivo, cuando alguien, después de haber enumerado algunos términos, lo que ha encontrado en ellos lo transfiere a todos, v.g.: Hay hombres infames que se las dan de piadosos; luego la piedad es hipocresía.
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