MARCA DE RADIO A GALENA

Una lagrima sentimental por Eduardo Aliverti
Toda revolución necesita un místico

En realidad me rompió las pelotas. Radio la Red especialistas en deportes tiene a este getón todos los sábados con su deporte preferido, la nostalgia de las pavadas. Hoy venia escuchando sobre el Derecho Natural. Y la idea de propiedad como Derecho Natural ante todo a lo que adscribe Bergoglio dicho con tal naturalidad, como si Bergoglio lo hubiera designado su vocero. Y no porque admire a Bergoglio sino porque Bergoglio sabe de Derecho Natural y este chabón habla por boca de ganso. Luego me agarro tos convulsa cuando con nostalgia, hablando con un periodista de la mesa comento un reportaje a Fidel Castro sobre el Che Guevara con un periodista italiano que le pregunto sobre ¿sobre que buscaba el Che en Bolivia?. Aliverti, no menos que tratando de justificar el uso de lenguaje como medio de expresión, aclaro que la respuesta de Fidel demoro apenas cuatro horas, que además fueron fragmentadas en una grabación de 50 minutos maravillosa, y que lo importante, lo que arranca lagrimas, es la musicalización de la misma. En realidad lo que dijo Fidel son las pelotudeces de siempre. Elucubraciones al pedo sobre hipótesis de las hipótesis. Y que en realidad las cuatro horas bien podían ser dos palabras y que gracias a dios tienen música sino serian insoportables. Luego se preguntaba si el Che Guevara era realmente argentino? Y dijo: he ahí la verdadera pregunta ontológica. Señoras y Señores el post heideggerianismo ha dejado de preguntarse por la cosa y ahora se pregunta ontológicamente sobre ¿que cosa sea el Che Guevara y respecto de su nacionalidad?. Aliverti, con su criteriosa seguridad de periodista progresista concluyo contundentemente, El Che Guevara es argentino, si pero no. Pero porque no te vas a freír churros, papanatas, te crees que unos cuantos premios de fracasados progresistas que te dan al año por llorar a lo loco un socialismo pasado de moda te hacen un intelectual. En realidad sos filosofía a la pajuerana.