No voy a alegrarme como piensa la señora por semejante caída de sector industrial, porque eso significa, menos salario, menos horas extras, menor empleo. ¿Pero que tengo que pensar respecto de los estrategas de lo previsible cuando decían que no había crisis energética y cortaban el gas a las industrias para mantener el gas domiciliario y el GNC a los vehículos? Llorar, quizás reír. Hacerme el soberbio y decir que ya lo sabia, o como el turco Asís, que Kichner era capaz de chocar la calesita. Justito en el momento que traen a Peirano para rediseñar un proyecto industrial y tratar de no ser campo dependientes, dependemos nuevamente de las cotizaciones de la soja en la bolsa de Chicago, y no son malas para esta cosecha. Y para colmo como no hay deficil fiscal, el presidente se tomo la licencia de un DNU de ampliar el 12,6 para paliar el déficit energético y la industrialización, el subsidio a los transportes, De Vido y Peirano, y el resto a Alberto Fernández. Para terminar un fructífero mandato con el viento de culo. Como me dijo un amigo el otro día en esta etapa a Cristina le deja el cambio, pero entendámoslo bien, solo el cambio, monedas de cinco y diez centavos, nada mas. La gran construcción política, la gran política de derechos humanos, todo borrado con el codo, una vez más cuando no lo creemos aparece un ordeñador de adoquines y leche sale. Argentina es grande.
25 agosto 2007
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