07 junio 2008

LA PAJA EN LA PAJA

COMO REPARTE LAS CULPAS EL TALIBAN
El principio de causa-efecto informo la estructura del pensamiento aristotélico, al tomismo y a parte de Islam que surgía con Averrores, o el mismo Abelardo. No es inútil pensar que es para una mente lógica que si hay un accidente debe haber algo que lo ocasiono. La fulla humana, la técnica se suele decir en accidentes aéreos. Y, aunque el criterio de verdad aristotélica ha sido abandonado por la ciencia el mecanicismo de causa efecto, no. Si hay un crimen, hay un culpable, si hay un daño un responsable, si un despido culpable. Siempre habrá resarcimiento o pena. Todo esto lo digo por el simplismo del abogado trasnacional Néstor Carlos Kirchner que suelto de cuerpo dice, que ni bien producida la resolución que aumentaba las retenciones y las hacia móviles hasta hacerlas exhaustivas, que debieron ser revisadas en algunos niveles y que le costara la renuncia la ministro Martin Lousteau y que provocara esta situación la reacción del campo. Todo lo sucedido obviamente es responsabilidad del campo. ¿Entonces el error de dictar la resolución a quien se lo atribuimos, al campo? ¿El error de desgobierno de la política agropecuaria, al campo? Pero como en política para Kirchner es más importante los culpables que los hechos, es evidente que el culpable de todo son los productores agropecuarios, la puta oligarquía, la revolución libertadora encarnada detrás de la Federación Agraria, y el sentimiento Gorila de Martínez de Hoz en cada puto blanquito del corte de Gualeguaychu. Proclives al golpe de Estado, y carentes de bayonetas no lo dan, y cagones como son, no lo hacen a puño abierto. Como es de ver la puta oligarquía siempre valiéndose del un ejército alcahuete, hoy y gracias a la acción de enseñanza de derechos humanos, no intervendrá en golpes de Estado. Por lo tanto, el campo es culpable de golpista a la manuela, es decir de pajeros. Razonamiento que si bien no los trae de rodillas, acosa al publico desprevenido con el desabastecimiento , la inflación, la suba de los colegios, la caída del salario, la falta de energía y nafta, el comienzo de invierno, aumento de los medicamentos, Aumento de impuestos y alquileres, modificación del pago del monotributo, revalúo en las municipalidades que suelen resultar escandalosos, nuevos valores de la televisión de cable e internet, cambios de planes en la telefonía celular que son aumentos encubiertos. Impuesto a las operaciones bancarias inclusive en las cuentas sueldos, y anda cantarle a magoya. Aumento de transito a niveles insoportables malos servicios públicos de transporte, inseguridad ciudadana, agresividad en el trato entre la gente, en suma. Al país le va de reputa madre pero para algunos pocos. Justicia lenta, todos jueces subrogantes y no sé si han designado los mismos o provisorios a un año de la orden de la ley, o no hicieron nada, por lo tanto esos juzgados que no son pocos no hay. Sigan cargando a las obras sociales y al PMO, porque la emergencia médica siga, mas prestaciones vía de los recursos de amparo, los gordos con cinturones gástricos, sin mediar algún tema alternativo, ordenes de dar viviendas adecuadas a la recuperación de los enfermos de la obra social como si eso fuera parte de la obra social no del estado. Alevoso, no? Un juez ordena que les dé condiciones dignas de vida a los enfermos. No en la clínica, sino al alta porque donde viven es pésimo. Y eso no será responsabilidad del estado?. Bien a todo este despelote y al que le podemos agregar miles de más desastres se le ocurre echar la culpa al campo. El campo protesto un desacierto, que el gobierno no se avino a reconsiderar en tiempo y forma y genero este espacio por terquedad. Actuó con un fundamentalismo anacrónico y de desenvolvió con un desprecio por el pueblo como si no fuéramos nada en la estrategia superadora de la construcción de un poder superador como si ellos fueran el camino la verdad y la vida. Los iluminados. Cuando en realidad no son nada, nada más que una banda de forajidos que harían bien en serenar los ánimos de los argentinos. Nada más.

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