28 abril 2008

PORQUE EL DISCURSO DE LA INCLUSION ERA FALSO POR DEFINICION

LA INFLACION NO EXISTE
La inexistencia de índice de inflación, o más bien la existencia de un índice no confiable, crea en el salario de los trabajadores una angustiante situación, difícil de ser explicada y fácil de ser rebatida. Pero a la hora del peso del rendimiento del dinero circulante en el bosillo del laburante es sensible la depreciación del dinero. Tener un sueldo en blanco, y nominalmente bueno no es ser de la oligarquía vacuna. Cuando hablamos en la Argentina de un sueldo de 2000 pesos. Podemos decir que tenemos un buen sueldo, si este es en blanco, ya que al menos tenemos la cobertura de la obra social sindical lo que nos evita tener que pagar una prepaga médica privada para los servicios de salud. Bien o mal, ese servicio se presta. Entonces ahí viene la discusión ociosa. Que puedo hacer para llegar a fin de mes con ese salario brillante. La visión es el ingreso familiar, que inaugurara Martínez de Hoz para la evaluación del los créditos bancarios. Por lo tanto me conviene juntarme con una mujer que trabaje y gane más o menos lo que gano yo, de esta manera el ingreso será de un monto superior, lo que ya viabiliza el pago de un alquiler de un departamento que insumiría la mitad de los ingresos de uno. El pago de expensas, servicios, y movilidad, si bien están bajo custodia del gobierno, rige de parte del usurario un control casi prusiano. Ahora, un teléfono, un celular, e internet y televisión por cable, aun sin pagar los codificados, ya pasan a ser consumo suntuario. No está concebido en el marco de los límites del ingreso del bienestar. Digo que un celular, un cable, un teléfono base, y un servicio de internet de banda ancla suponen más de 100 pesos mensuales de costo fijo holgadamente. El uso de transporte público implica otra erogación, para ambos, la vianda laboral, supongamos que se la lleve de su casa, la compra de alimentos en supermercado y productos de limpieza, ropa y salidas, pasan a ser suntuarios, por lo que las personas a las que les damos un ingreso de más o menos 3.500 pesos de ingresos familiar, tienen situaciones que le están vedadas. Esta larga enunciación es parte de lo dilemático del problema, si quiero internet, un celular y cable y algo de ropa más o menos sencilla y una casa alquilada voy al consumo suntuario, porque salgo de la alimentación básica. Si voy a la alimentación básica y a la usurpación de un espacio público para construir una vivienda entro en la optimización del gasto. Es aquí donde se pierde la idea del salario. En un momento y dentro de la loca teoría de la convertibilidad sostenida en el tiempo del “mingo” se ganaba un fangote en dólares. Cuando vino Remes se decidió al devaluar, bajar los salarios en dólares, y proteger esa baja para fomentar el crecimiento. Cuando Kirchner asumió vino con un discurso de inclusión y de distribución de la riqueza. Eso no paso. El sostenimiento de la política de dólar fijo no puede permitirse el lujo de que los salarios aumenten en dólares sin perder competitividad en un mundo global donde el dólar baja y en la Argentina aumenta. Los trabajadores, no nos salva y ni la discusión mensual de las paritarias como en la época de Alfonsín.


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