DE REPUBLICANOS A DEMOCRATAS

LA TRAMPA PROGRESISTA

Siempre y es una constante desde el fin de la Segunda Guerra Mundial a los gobiernos republicanos. La experiencia del Primer Peronismo Prospera con Truman, Demócrata y cae, con Eisenhower Republicano. La normalización condicionada de Frondizi viene en época de Kennedy Demócrata y a su muerte lo sucede Johnson, donde se va radicalizando con un golpe democrático con Guido a la Cabeza hasta llegar a Ongania casi hasta la llegada de Nixon donde no solo prospera en la Argentina el modelo, sino en casi todos los países de Latinoamérica como así también los movimientos insurreccionales. Luego del Watergate es sucedido por Gerald Ford, cuya acción sobre los países de continente sudamericano ni son mencionables, ni contar con la complicidad en la argentina con el golpe de estado que instalo a la junta militar en 1976. Instalado Jimmy Carter, fueron las primeras voces que se alzaron contra las dictaduras y sus metodologías. Pero su mandato termina sin grandes trascendencias y lo sucede Ronald Reagan, cuya participación final es mal entendida por Galtieri en el conflicto de Malvinas y sus consecuencias son ya conocidas por nuestro dolor en el país. Eso abre un espacio a la democracia coincidente con la llegada de un Demócrata a la Casa Blanca como Bill Clinton, que o casualidad, deja atrás casi a todas las dictaduras de sur de América e impone gobiernos de tinte neo liberal, Fujimori, Color de Melo, Menem, entre los más extravagantes, dándole un matiz más democrático a la región y luego de la caída del muro de Berlín, sin contar del nuevo rol de Argentina luego de darle el apoyo a Bush padre por parte de Menem en la Tormenta del Desierto al comienzo de la década del 90. Con la consolidación de George W. Bush, hijo su gobierno ve como en nuestro continente aparecen gobiernos pro democracias de izquierda, Evo Morales, Tabaré Vázquez, Lugo, Bachelet, Lula, Noriega, Chávez, Kirchner, Correa, que no basta por sí a formar un bloque antiimperialista. Pero si marca una tendencia. Con Obama, ese apogeo de gobiernos socialistas, salvo aquellos que no han actuado con cautela y autonomía, Perú, Chile y Brasil, están sujetos a un crecimiento importante y a procesos macroeconómicos definitivamente conflictivos. La reflexión final es que más allá de las apetencias de las políticas exteriores de republicanos o demócratas hay cosas que debemos reflexionar. Los Republicanos se sienten como sin moral para enfrentar las críticas de los gobiernos que hacen pie en lo social. Los demócratas se sientes con autoridad moral para enfrentar las críticas de los modelos sociales y no se siente humillados por ser la cabeza de un sector importante de un país dominante. Pueden ser muy críticos, pueden ser muy progresistas, pero aun hay valores que fundan su ser americano, como es la propiedad, el violar ese criterio merece sanciones. Que no necesariamente tienen que ser públicas y notorias, basta con quitar facilidades impositivas o poner barreras a la exportación como para secar la llegada de productos a la primera economía del mundo. Es Justamente que haya una administración Demócrata en Estados Unidos lo que debe hacer temer al gobierno. Bush podía ser un monigote como el que vapuleo Kirchner en Mar del Plata en la Cumbre de las Américas. Obama, no. Hilary es una dama. Su dignidad no se basa en desplantes y evasivas. Por el contrario sus acciones hablan por lo que ellos creen, no por lo que dicen.