LOS JUNINEROS

HABLAR AL PEDO

"Nunca se ha visto prender la tv y ver insultos a la primera magistratura", tampoco se ha visto a nadie desde el poder, salvo a la dictadura militar, ningunear al otro desde el poder y creer que el poder del voto le da la legitimidad para aplastar a las minorías de un país. Como si la verborragia de Kunkel, Rossi, D´Elia, el Joven Gullo no fueran agresiones y descalificaciones a cualquier espacio opositor. Como si dividir y partir en dos el espacio nacional y popular sea una gesta heroica y no agresiva. Como si la mentira no fuera un insulto. Como si el arrebato de los fondos de los jubilados no fuera un insulto, como si la pobreza no fuera un insulto, como si la sojización no fuera un insulto, como si la existencia de una banca privada absolutamente permisiva por parte del Estado no fuera un insulto, como si la corrupción de los funcionarios públicos de su elección no fuera un insulto, (Jaime, Miceli, Uberti, Capaccioli), como si los fallos urgentísimos sobre su patrimonio por parte de Oyarbide no sonaran a insulto, que ellos no cuestionan pero cuestionan cuando fallan a favor de Redrado por ejemplo. Como si la fantasía de Juan el Oesterheld con la figura de Néstor convertida en un delirio fantasmagórico de la nevada atómica no fuera una anticipación insultante del futuro que nos anticipan, ¿Quiénes somos los Gurbos? Pero esta mujer nos tomó a todos por pelotudos, tratando de destruir en lo nacional y popular todo sentido crítico y visión coherente de la historia. No somos una falsificación fantasiosa de la realidad y un payaso maltrecho y remendado de la histórica como ellos. Somos gente real y concreta. Somos gente que escribió la historia con el trabajo y esfuerzo de todos los días, con la militancia y con la cabeza, le guste o no les guste al modelo idiota y alcahuete que quieren imponer. Por más que se rodeen de intelectuales que sean sirvientes de sus ideas. Que escupan palabras que mimeticen casi imaginariamente un peronismo que no existió nada más que en su mente delirante, los que lo vivimos les decimos: están en pedo.