LA INSCRIPCION GREMIAL DE LA CTA

SIGAN PARTICIPANDO

Dar o no dar la inscripción a la CTA de su personería gremial no dependía de un acuerdo con convenios firmados con la OIT, en realidad dependía de que Yasky, tal vez, retuviera la conducción de la CTA y fuera la quinta columna progresista contra el modelo imperial sindicalista de Moyano. En el Martin pescador del Laclau berreta de los Kirchner, hasta decir cagadas como se justificó Hebe Bonafini, debe ser algo bueno por el revuelo que creó. Yasky ahora le quedan la Corte Interamericana, La Corte de la Haya, La Comisión para los Refugiados de América Latina, El Foro de Trabajadores Cubanos, para protestar, no tiene nada que hacer con la justicia Argentina. Atrás quedan De Petris, D´Elia y la Milagro Sala con lágrimas de cocodrilo. Todos juegan a dos puntas. Se van pero se quedan, total, sin estructura, no hay quien sancione o castigue, así que los que hoy se van, mañana regresan. Siempre hay hijos pródigos. Yasky, que con Filmus y quiero traer a la memoria, que firmo la paritaria docente que terminara con la vida del docente Fuentealba, muerto por la policía Provincial de Sobish en un extrañísimo acontecimiento. Son responsables por omisión de fijar ese salario docente que luego se discute en cada provincia según el presupuesto docente. Que lo diga su aliado Baradell, que la tiene reclara. Por eso Yasky que tendría que dedicarse a cultivar jardines, Y no jugar con el Pinocho de Kirchner. Sabatella, es bueno que siente en carne propia lo que es perder las mieles del éxito. Sufrir en carne propia la calle y la miseria de los trabajadores que no solo son mal representados por una burocracia sindical que él dice combatir, sino por una progresía sindical burguesa, que el mismo representa y que no tiene ningún problema de cara adelante, sino que lo digan Mary Sánchez, Marta Maffei, Tito Nenna y los dirigentes progresistas y que lo diga el dirigente sindical peronista, el mendocino Garcés que consiguió la Paritaria Nacional Docente. Hay cosas que los progresistas deben rendir cuentas con la historia, son una vergüenza nacional, abortando todo lo nacional y popular desde el castigo a los sectores más frágiles de la sociedad.