Cuando Cristina o cualquier hombre o mujer del gobierno juzga a los hombres o mujeres que actuaron durante la dictadura militar, y es bueno recordar que la militante de la dorada juventud peronista, la que debió exilarse en Rio Gallegos perseguida por la dictadura militar, se recibió de abogada en 1978, es decir en durante el proceso. Que fue en la ciudad de La Plata la misma de la que huyo por miedo a su militancia y a sus compañeros desaparecidos y en una Universidad que, a los que debimos huir de ella, le correspondía al Batallón de Infantería de Marina nº 3 por quedar de la calle 7 hacia el lado del Dique. O es falso el titulo como se discutió en su momento o debió concurrir a la sede de la Universidad a dar aunque mas no sea libre las materias correspondientes a su carrera de grado. Pero si volvió hasta 1978 se ve que no la perseguían por nada, cosa que ahora no puede mostrar el perfil de militante comprometida, los que militaron y mostraron su antimilitarismo pagaron con su exclusión y/o desaparición de las facultades su peronismo. No tiene dedo para marcar a nadie, solo la absoluta desfachatez de los que juegan con el olvido de las nuevas generaciones y la ausencia de claridad en la cronología. La mona por más que se vista de seda mona queda.
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