01 septiembre 2010

LA PLATA ES UN PUEBLO CHICO EL DUDI Y LOS PAPALEO

LOS GRAIVER, LOS PAPALEO, LOS KIRCHNER Y MAGNETTO, CON RAÍCES EN LA CIUDAD
Papel Prensa: una historia que se empezó a escribir en La Plata



Hace 40 años, Papel Prensa era apenas una idea incipiente. Faltaban dos para su creación formal (en 1972) y cuatro para que la comprara David Graiver (en 1974). Pero algo unía a los actores principales del conflicto que ocupa en estos días el centro del escenario político: todos vivían en aquellos años en La Plata. Por eso es que la historia que ahora se discute con versiones e interpretaciones contrapuestas tiene, de alguna manera, raíces en esta ciudad. Aquí nacieron y vivieron los hermanos Graiver, igual que los Papaleo. Aquí nació la presidenta Cristina Kirchner. También aquí inició su carrera Héctor Magnetto. Y en el mismo escenario forjó su militancia Néstor Kirchner, donde conoció a la Presidenta para integrar un binomio que gobernaría al país. Fue también en La Plata donde se alzó una de las voces más críticas ante el proceso de Papel Prensa: la del diario EL DIA (cuya posición se resume aparte).

Cuarenta años después, los Graiver, los Papaleo, los Kirchner y Magnetto protagonizan un sensible conflicto que -con final incierto- reabre una historia que, indirectamente, empezó a tejerse en círculos platenses. No fue aquí donde el destino los entrelazó. De hecho, el matrimonio Kirchner pertenece a una generación posterior a la de David Graiver. Y no hay constancias de que Graiver y Magnetto se hayan cruzado en la Universidad. Es claro que nada conecta aquellos orígenes platenses con el diferendo que enfrenta en estos días al Gobierno y a Clarín. Pero lo cierto es que la historia de los protagonistas del “caso Papel Prensa” está fuertemente ligada a la Ciudad. Y, desde esa perspectiva, se intenta aquí un repaso.

La conducción de Clarín salió de Económicas

El grupo que conduce Clarín tuvo en La Plata su formación universitaria. Fue en la facultad de Ciencias Económicas, donde Héctor Magnetto se graduó como contador y trabó relación con José Aranda y Lucio Pagliaro -quienes se convertirían, junto a él, en pilares de la estructura directiva de Clarín-.

Magnetto venía de Chivilcoy y vivió, entre 1963 y 1967, en una pensión estudiantil de 48 entre 8 y 9. Aranda había llegado de Pehuajó y Pagliaro era el único platense de aquel grupo que se formó en la bohemia de la vida universitaria.

Fue en aquella época cuando Magnetto se vinculó con el desarrollismo. Apenas se recibió, empezó a trabajar como contador en una concesionaria de autos -Berlingieri- que tenía sede en La Plata. Y al poco tiempo la empresa le propuso una mudanza a la casa matriz en Buenos Aires. Viajaba todas las mañanas en tren junto a Pagliaro y Aranda, que también iniciaban sus carreras en la capital federal.

Recomendado por Rogelio Frigerio, a quien se había vinculado junto a un grupo de jóvenes, Magnetto ingresó en Clarín tras la muerte de Roberto Noble. En esa empresa fue escalando posiciones hasta llegar a conducirla junto a sus amigos de la época universitaria.

Los Kirchner, en las aulas de Derecho

Magnetto acababa de terminar la Universidad cuando -entre el 68 y el 69- Néstor Kirchner llegó a La Plata desde Río Gallegos para ingresar en la facultad de Derecho. Sobre esta historia ya se ha escrito mucho. Vivía en una típica pensión estudiantil de 45 entre 1 y 2, similar a la que había albergado a Magnetto hasta poco tiempo antes. Fue en las aulas de Derecho donde conoció a Cristina Fernández. Nacida en La Plata y egresada del Misericordia, la Presidenta vivía en Tolosa junto a sus padres y su hermana menor; en la misma casa donde todavía vive su madre. Los unió la militancia universitaria.

La inmobiliaria de los Graiver

La historia de los Graiver empieza con Juan. Inmigrante polaco, inició su actividad comercial en La Plata a una escala humilde. Y fue creciendo lentamente hasta instalar su inmobiliaria en la calle 5 entre 54 y 55, en un inmueble que no ha sufrido mayores transformaciones: en la planta baja funcionaban las oficinas y la familia tenía su vivienda en la planta alta.

Desde la intermediación inmobiliaria pasó a incursionar en la construcción. Extrovertido y "gran vendedor", llegó a convertir la suya en una de las empresas líderes de La Plata. Y se ganó el respeto de una nutrida clientela. Muchos decían haber sido favorecidos con financiaciones especiales que el propio Juan Graiver facilitaba con respaldo de su patrimonio personal.

No puede decirse que llegara a controlar personalmente empresas de gran magnitud, como sí lo hiciera rápidamente su hijo David. Y resulta muy difícil creer que estuviera envuelto en las grandes operaciones bancarias que protagonizó su hijo. Por eso tampoco es posible afirmar que estuviera informado de la operación con Montoneros, como de la existencia de depósitos efectuados por personajes muy conocidos en los bancos que tenía David en el extranjero.

David fue el hijo mayor de Juan y Eva Gitnacht. El menor se llama Isidoro y es otro de los actores centrales de la disputa actual por Papel Prensa. Fue siempre tímido, de pocas palabras y, aparentemente, no tenía un rol protagónico en las empresas que lideraba su hermano. Pero no se conocía que hubiera diferencias personales importantes. Por la manera personalista con la que se manejaba David, es posible que su hermano desconociera algunas de las grandes operaciones.

El regreso de Isidoro al país -al morir David- lo enfrenta, en principio, con una dramática situación ante las amenazas de Montoneros.

David, un crecimiento meteórico

Es inevitable mencionar que en agosto de 1972 Isidoro Graiver fue secuestrado durante dos días en un operativo muy planificado: se utilizaron dos vehículos, en uno de los cuales se habían colocado bolsas de arena con el evidente propósito de proteger a quienes fueran transportados en el auto si intervenía la policía. Los secuestradores actuaron a cara descubierta y en una rápida negociación la familia pagó doscientos millones de pesos de aquella época para obtener su liberación. Los allegados a la familia sostuvieron que todo había sido protagonizado por delincuentes comunes. Pero ese pudo ser el inicio de una forzada relación con los montoneros que fue evolucionando hasta que terminaron "depositando" millones de dólares con el jefe de la familia del secuestrado.

David Graiver fue Subsecretario General del ministerio de Bienestar Social cuando Manrique era ministro de esa cartera durante la presidencia del general Alejandro Lanusse. Luego sería un asesor de confianza del ministro de Economía de Cámpora, José Ber Gelbard, y en algunos medios se sostiene que eran socios en varios emprendimientos.

Nació en 1941 y a los 35 años de edad había logrado crear un imperio financiero que incluía dos bancos en Argentina (uno era el Comercial de La Plata), bancos en Nueva York, otro en Bruselas y se le adjudicaban participaciones en otras entidades financieras en distintos países, mientras que en la Argentina poseía también el control de Papel Prensa y muy importantes propiedades inmobiliarias. Fue su obra personal; la familia no tenía una fortuna que pudiera haberle servido de plataforma para semejante desarrollo y él mismo, hasta poco después de mediados de la década del 60, no parecía absorbido por el negocio financiero. Al contrario, sobresalía por su afición a las expresiones artísticas y especialmente a la pintura. La prueba está en la edición de EL DIA del 16 de octubre de 1965, donde se publicó un reportaje al joven Graiver en su carácter de coleccionista de obras pictóricas. En Nueva York, años después, su escritorio estaba decorado con fotos de él junto a varias celebridades mundiales, desde el Papa hasta Henry Kissinger.

EL NACIONAL

Poco aplicado, "Dudi" -como todos lo conocían- fue, sin embargo, uno de los mejores promedios del Colegio Nacional a finales de los 50. Ya en aquellos años se destacaba por una personalidad que nunca pasaba desapercibida. Lo recuerdan robusto, sin ser gordo, seguro de sí mismo, hablador, modales finos y nada deportista. Algunos lo veían como "un tipo encantador"; otros como "soberbio y pedante".

Empezó a estudiar Derecho pero dejó para dedicarse a los negocios. Era salidor y sociable. Algunos lo recuerdan al volante de un Impala 1957 con cola de alas y tecnología de punta. Recién importado, aquel auto era una auténtica excentricidad en la Argentina de esa época.

Su enorme crecimiento se produjo en un período en el que abundaban en Argentina las maniobras financieras y reinaba el deporte de "la bicicleta", es decir el uso de fondos inexistentes que, en realidad, eran meros artilugios contables. Pero Graiver contaba también en el exterior con fondos depositados por numerosos argentinos que por razones de seguridad o por cuestiones impositivas preferían tener la plata fuera del país. Manejaba mucho más dinero que el proveniente de los montoneros.

Su muerte ocurrió cuando estaba negociando la adquisición de un banco europeo de mayor importancia. Pero al mismo tiempo era intimado por el Departamento de Bancos del Estado de Nueva York para que respaldara créditos que su Banco había dado a compañías vinculadas con él.

Un banquero con grandes proyectos

En 1967, con 27 años de edad, "Dudi" Graiver inició su rauda carrera de banquero comprando el Banco Comercial de La Plata (cuya sede central estaba en 7 y 49) con algún dinero aportado por su padre y la colaboración de su entonces familia política y la de su hermano Isidoro, según se afirmó en distintas publicaciones. Ya no necesitaría pedir dinero prestado a pesadas estructuras bancarias: él mismo administraba bancos y se lanzaba a proyectos de largo plazo con lentas amortizaciones. Muchos estaban vinculados a actividades que le daban poder, como el periodismo escrito, la televisión y Papel Prensa. En La Plata llegó a controlar el diario "El Argentino" durante un breve tiempo, adquirió una participación en el canal 2 y luego se lanzó sobre empresas periodísticas de la capital federal. Hasta llegó a planificar la aparición de un diario en Estados Unidos que se llamaría "The New York Opinion".

Dejó la Argentina el 13 de mayo de 1975 cuando crecía como banquero internacional. Murió -como es sabido- en un extraño accidente de aviación en México, a bordo de una nave que él mismo había alquilado. Fue el 6 de agosto de 1976, cuando apenas tenía 35 años.

Quedaron -además de sus padres y su hermano-, su mujer, Lidia Papaleo, y su única hija, Luz, que todavía no había cumplido 2 años.

Los Papaleo, una familia de anarquistas

Los Papaleo también nacieron y vivieron en La Plata casi la mitad de sus vidas. Lidia y Osvaldo pertenecían a una familia que compartía los ideales del socialismo libertario o anarquismo. Junto a Hugo -su hermano varón- Osvaldo militó ya en su adolescencia en lo que era el Centro de Estudiantes Democrático del Colegio Nacional. Opositores al peronismo que gobernaba en los años cincuenta, Osvaldo terminó sus estudios secundarios y se inscribió en la facultad de Humanidades de La Plata en la que lideró la Agrupación Impulso, que durante varios años se impondría en las elecciones del claustro estudiantil. Con un carácter jovial y campechano, se destacaba entre los dirigentes universitarios de su generación. Sus padres eran propietarios de la panadería Sarmiento, ubicada en 7 y 41, donde también estaba la vivienda familiar que fue centro de innumerables reuniones. Lidia no exhibía una vocación política tan marcada y tras pasar por el Normal 2, se recibió de psicóloga. Era respetada por su perspicacia y admirada por su belleza. La relación entre David Graiver y Lidia Papaleo se inició casi en la adolescencia de ambos con las intermitencias propias de esa edad. David Graiver tuvo una relación que culminó en un breve matrimonio tras lo cual recompuso su vínculo con Lidia Papaleo, con quien se casó en el exterior en 1974, ya que en la Argentina no existía el divorcio. El crecimiento económico de David Graiver y el clima de inseguridad que se vivía en la Argentina lo llevó en un primer momento a trasladarse a Nueva York. El 19 de noviembre del 74 nació su hija María Sol. Y en esos primeros tiempos los padres de Lidia y toda la familia Graiver se instalaron allí.

LOS PADRES

Hilda y Antonio Papaleo, los padres de Lidia y Osvaldo, eran -como se dijo- socialistas libertarios (anarquistas), profundamente comprometidos con esa línea de pensamiento, y apoyaron siempre a sus hijos. Osvaldo Papaleo fue periodista del diario EL DIA entre 1963 y 1967. Se casó con Alicia Maguid, quien era sobrina de la actriz socialista Menchu Quesada. Después se divorció, dejó de frecuentar a sus amigos de juventud, modificó su punto de vista político y se convirtió en peronista a finales de los años sesenta. Más tarde se unió con Irma Roy, con quien tuvieron una hija, la actriz Carolina Papaleo. En la política escaló posiciones. Fue secretario de Difusión y Turismo de la Provincia durante el gobierno de Victorio Calabró (en el 74) y llegó luego a ser secretario de Prensa de Isabel Martínez. Tras la reinstauración democrática, fue director de Lotería de la Provincia durante la gestión de Antonio Cafiero.

En los últimos tiempos colaboraba con los hermanos Rodríguez Saá, después de haber incursionado en el campo de la organización de espectáculos.

Raíces en común

La vida ha llevado a todos los protagonistas de esta historia lejos de La Plata. La familia Graiver pasó -después del derrumbe financiero y de haber sufrido la tortura- muchos años en España, donde murió Juan en 1989. El matrimonio Kirchner forjó su carrera política en Santa Cruz. La Presidenta es, quizá, la única que mantiene fuertes lazos con la Ciudad, donde viven su madre y su hermana. Magnetto sólo dejó en la Ciudad la huella de su vida universitaria.

Aquí quedan, sin embargo, miles y miles de testigos que hoy reviven historias de pago chico a partir de una disputa que ocupa el centro de la escena en la política nacional. Siempre que se escriba sobre los actores de este conflicto, los caminos conducirán a La Plata. Al menos para situar los orígenes.


EL DIA de La Plata






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