YA NO QUEDAN MAS TRAIDORES, SOLO QUEDAN PERONISTAS VOLATILES.
Como decía Jean Grenier: Debo decir, debo confesarlo, en su Libro Les Iles en el cuento sobre las Islas de Pascuas. Yo he estado en una reunión política que convoco un grupo de viejos militantes, y al que asistí de curioso, en la Unión Argentina de Rugby de Buenos Aires, cenamos y era en la época donde se jugaba la candidatura a Senadora Nacional Cristina o Chiche Duhalde. El amigo Díaz Bancalari estaba todavía con Duhalde y era archienemigo de Kirchner. Lo que digo, no lo estoy diciendo de resentimiento o porque me lo haya creído al cumpa. No es de ahora que a lo largo de la militancia en el PJ no lo hubiese conocido al amigo y compañero. Pero ya en esa época algunos peronistas estábamos ahogados por la manera de hacer política de Néstor Kirchner y su esposa. No es porque aquí se va un centro derecha, a un centro izquierda, o a un soto. Simplemente, porque en el peronismo y mucho mas desde la muerte del General Perón, y luego de la dictadura militar y la renovación peronista, habíamos aprendido a resolver las cosas por elecciones internas. Orilleros, fraudulentos, clientelares, lo que sea, pero siempre había que pasar por las urnas en el distrito, siempre existía la posibilidad de ganarle al aparato local, si uno hacia las cosas bien. Ahora no, ahora el aparato es el estado, y eso se convierte en un doble discurso. El compañero Díaz Bancalari en los meses de campaña que acompañaba a Chiche Duhalde pintaba el futuro en ese sentido como oscuro. Pero está claro que lo era para nosotros, para él le fue más fácil. Por eso, me causa risa leer en el diario Clarín de hoy que habla de traidores al PJ de K, cuando he sido interlocutor de sus discursos denostadores de Kirchner, y del futuro sombrío que se cernía sobre la Patria de seguir esa forma de gobernar sobre nosotros. Ahora bien. Usa la misma lógica para denostar a Sola, De Narváez o quien sea. Se apoya en Kunkel que no le tembló el pulso en reputearlo a él también en la cámara cuando lideraba el bloque independiente del duhaldismo. Pero el peronismo muta. El, como el sofista Anaximandro, puede ser cualquier cosa que le queda bien, el es peronista. Y con su manera de ser, nos hunde, porque ya con peronistas como Díaz Bancalari, ser peronistas no es ser traidor o algo. Quizás lo que más se aproxime a una definición de ser peronistas es ser cualquier cosa.
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