CON EL DISCURSO POLITICO LA SOCIEDAD QUEDA MOMIFICADA, O HACEMOS LO QUE SE DICE O NO HACEMOS NADA; SOMOS POLITICUCHOS; GOLPISTAS O CAGONES:

ANTEPROYECTO DE LA FUNDACION DE LA DEMOCRATICA ACADEMIA DE LA LENGUA ARGENTINA

Estoy asombrado del lo bastardo del discurso político de medio mundo. Si el campo busca la alternativa de un bloque político para tener representación política en las cámaras legislativas el pensamiento es: Ja, se blanquean, al fin, eso es lo que querían, nada de legítimos reclamos, querían expresarse políticamente. Ahora si hacen paro, y producen desabastecimiento y problemas en la población, son desestabilizadores golpistas, que buscan el descredito y el recambio institucional por vía del caos social. Si no hacen nada, son unos pelotudos que no defienden a los que representan. Es decir, tanto el gobierno como la prensa libre y no tan independiente es parte del gataflorismo de los argentinos. En realidad, parecería que hay que hacer lo que al gobierno se le canta el culo. Si no está mal. Si me tiro un pedo es político, ahora si Kirchner me caga el ala, es una medida nacional y popular. Pero se les comió el coco, a los grandes sesudos de la opinión del Clarín traidor (LA CAMPORA DIXIT) que es a Dos Voces (programa de TN), porque solo escuchan las pelotudeces que ellos dicen. Dicen una cosa y ellos siguen afirmando otra cosa. En fin. En este país es tan bajo el nivel de la confrontación de las partes que no se salvan ni tirios ni troyanos. El gobierno es caca, pero los que nos tienen que informar, si es el Togñetti estamos fritos, porque mas allá de la libertad de pensamiento y la libre expresión, deben tener un criterio básico que es el de consistencia. No dé ¿si es verdadero o falso?, sino, ¿si es consistente o no? Porque para hablar al pedo, podrían ir a un confesionario o al terapeuta. Pero confundirnos a todos con más confusión de la que hay jugándola de opositores es una cagada.
Por eso, y ante las incongruencias que se dicen en nombre de un supuesto lenguaje lógico, sugiero redefinir el castellano y convertirlo en ARGENTINO, creando una verdadera lengua nacional y autónoma del castellano, a fin de que podamos al menos entender a alguno que en nombre del uso del idioma nacional parezca que dice algo.