Los alcahuetes que van a aplaudir a los discursos de Cristina, no solo tienen que aplaudir, sino que mover la cabeza asintiendo cuando las cámaras pasan raudas por su figura.
No importa el rango, cargo o función legislativa, todos hacen el movimiento de cabeza de asentimiento como prueba del vasallo mas servil a Cristina K.
Para estos intelectuales les dejo la imagen del peluche con cuello movil que nos deleitaba en las lunetas de los taxis Siam Di Tella cuando eramos pibes. Pueden aprender de estos inmóviles juguetes y preparar clones para dejar en los asientos. Bastaría con hacerlos aplaudir y luego mover la cabeza para que ni se notara de que están vivos.
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