¿Porque contra Anibal?
De Augusto Timoteo Vandor, del cual los metalúrgicos hoy
hacen un poco de gala, aprendieron bastante. Gdansky, Hugo Curto, el barba Gutiérrez
y tantos otros que no me acuerdo al correr del procesador de textos sus
nombres, aprendieron que el gremialismo sin inserción política y de campo, carecía
de sentido. Pero si analizamos a Vandor, quizás su pecado haya sido, además de
este elemento de hacer política, podemos decir que se imagino como seria un
peronismo después de Perón. Su asesinato, impidió ver como podía ser el
comportamiento del último Perón cuando regreso al país. No dudo que Perón se
debe haber recontra cabreado. Creo que a nadie le gusta que se prueben la
pilcha y le pongan fecha de defunción, pero esta claro, que si la organización
vence al tiempo, Vandor quería crear un partido de trabajadores que superara la
temporalidad que significaba la vida de Perón.
Luego de sortear la vida de Lorenzo Miguel que creía en que
al movimiento obrero le correspondía el 33% en las listas, la política demostró
que el movimiento obrero no podía representar a nadie. Ya no alcanzaba el
discurso de Diego Ibáñez de que a los dirigentes gremiales se los vota en su
gremio, sino que mucho mas allá de eso, sin una presencia en el campo político
con inserción real no iba a servir para nada.
En este error cayo Moyano, quizás creyendo que haciendo méritos,
algo le correspondería. Pero tarde pio el pollo.
Cuando uno escucho entonces la referencia de Aníbal Fernández
al dirigente metalúrgico, se dio cuenta que el temor mas grande de un soldado
kirchnerista es el peronismo sin los K. Néstor murió y Cristina si no consigue
la reeleción, su sucesión será la dispersión de Carta Abierta, de los
organismos de Derechos Humanos vinculados
a los K. La Cta de Yasky, La Campora, el bloque de diputados del
congreso, el bloque de senadores del congreso, el movimiento Evita, el partido
de Sabatella, en fin, vendrá la diáspora de todas esos grupos que solo logran cohesión
en un supra ordinis.
Aníbal, tiembla, pero es el más visible por acusar de
traidor a Moyano. Pero como se sabe a cualquier otro que saque los pies del
plato y por cualquier otro de la tropa. Se vio con Scioli, con Alberto
Fernández, con Massa, con el Capitán Pepe, y con tantos que cayeron en
desgracia del tibio poder arbitrario.
Aníbal tiembla, aunque su voz suene fuerte y segura.
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