16 abril 2011

CUANDO LOS DERECHOS HUMANOS EMPIEZAN A HARTAR

SIEMPRE VIVIENDO DEL ESTADO


Haber trabajado en la justicia, o en alguna repartición publica con cargo ejecutivo, en alguna Universidad como docente, haber sido de alguna fuerza de seguridad, aun en un mero cargo administrativo, haber sido ciudadano común que se entero de desapariciones y torturar y no las denuncio, el haber atendido como electricista, plomero, albañil reparaciones pedidas por personas ligadas a los represores, el personal civil de las fuerzas armadas,  haber nacido en nacido en la odiosa época 1976/1982 que pude enfrentarnos ante el origen a nuestros padres  está claro que han convertido al modelo en una Casta de Elegidos, no solo porque viven currar al Estado, sino porque son ellos y el resto, los pelotudos que conseguimos que el país siguiera hasta aquí, del cual disfrutan. No vamos a negar el sufrimiento de los desaparecidos, ni de las aberraciones que con se cometieron. Pero no debemos escatimar historia en mostrar la cara llena de la cosa, mostrar que no fueron ángeles de la libertad. Que también fueron asesinos. Y que aun ya siendo un poco más grandes, a mis nietos (que están en el extranjero) me cuesta trabajo explicarles que hay tipos que mataron y son héroes de la historia luego de un fracaso utópico, y otros que convocados erróneamente por una sociedad,  son perseguidos hasta la tumba sin piedad. Que mientras a los héroes de la utopía asesina se les aplica el código penal y sus causas prescribieron, a los otros se les aplica retroactivamente el Estatuto de Roma posterior a los hechos y  una sentencia que declaro a sus acciones  delitos de lesa humanidad. (No se habla de desaparición de bebes).
No faltara algún sabio por ahí que dirá que este pensamiento es Gorila y de derecha, no me cabe la menor duda, por mi parte considero contra todo pensamiento criminal que no  hay muertes justas e injustas  solo muertes, que los asesinos no tienen razón para exculparse de la ley. Los colimbas del Comando de Sanidad tenían tanto derecho a vivir como cualquier hijo de vecino, el hacer la colimba no los convertía en objetivo estratégico de nada. No eran el enemigo a vencer. Eran el amigo, el compatriota, igual que en Viejo Bueno, Igual que en Formosa, Igual que en Azul que QUEDE CLARO.

Lo mismo está pasando con el Caso de la Tablada y la serie parece repetirse hasta el infinito con el Unasur de Evo Morales y todo lo que se oponga a sus mandatos políticos terminó siendo crimen de lesa humanidad.

Esto hace que los que no quemamos el cajón en 1983 no nos arrepintamos de nada. Los que estuvimos en el Conintes no nos arrepintamos de nada. Los que en la libertadora éramos niños y vimos alterados la vida escolar por los canticos de los verdaderos Gorilas y vimos las víctimas de la UNICA RESISTENCIA PERONISTA EN DEFENSA DE PERON en 1955 fuera nuestra generación.

No seremos los vencedores del tiempo,  ni impasibles a los cambios, pero también hay cada joven  que no se da cuenta que esto de la vida cenáculo y ser una elite también ya paso, que no me deja pensar otra cosa que están seriamente deprimidos y tocados mentalmente.


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