04 mayo 2010

678 EL CULO TE ABROCHO

La aptitud diplomática de Kirchner
Por Rosendo Fraga
Especial para lanacion.com
Martes 4 de mayo de 2010 09:55 (actualizado a las 09:55)

Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) es una iniciativa de la diplomacia brasileña, que tiene su inicio en 2001, al conmemorarse los 500 años de la llegada de los portugueses a Brasil. El entonces presidente Fernando Henrique Cardoso convocó a sus once colegadas sudamericanos para participar de la conmemoración.
La idea es que los doce países que están al sur del canal de Panamá, constituyen una entidad geográfica y política propia, diferenciada de Centroamérica, México y Caribe, donde la influencia de los EEUU es y será creciente.
Pese a las resistencias iniciales de algunos países de la región - Argentina, Chile y Uruguay- que no se mostraron inicialmente entusiasmados y temían quedar bajo la hegemonía brasileña, tres años después, ya con Lula en la presidencia de Brasil, en diciembre de 2004, al conmemorarse los 180 años de la batalla de Ayacucho que puso fin a la guerra de la independencia hispanoamericana, se firmó en Perú el acta constitutiva de lo que primero fue la Cumbre de Presidentes de América del Sur. Varios no estuvieron presentes, entre ellos el de la Argentina, Néstor Kirchner.
Brasil es la mitad de los doce países de América del Sur en territorio PBI y población y esta iniciativa le permite presentarse ante el mundo encabezando un espacio geográfico y un bloque de países que duplica su magnitud, frente a las otras potencias BRIC, Rusia, China e India, que son países-continente.
En los cinco años siguientes, con sutileza y persistencia, la diplomacia brasileña, fue consolidando la iniciativa y seduciendo a los reacios, como era el caso de la Argentina. Las cumbres primero fueron anuales, pero luego fueron pasando a ser semestrales y la Cumbre de Presidentes se fue transformando en algo más permanentes, adquiriendo la denominación de Unasur.
Esta denominación, en la imagen internacional, se asemeja a la Unión Europa o la Unión Africana. Pero este desarrollo se hizo manteniendo un bajo nivel de institucionalización y esta es una diferencia esencial con los dos casos mencionados. Es así como han pasado más de cinco años del inicio de esta unión y sólo cuatro de los doce países miembros han ratificado en sus respectivos parlamentos la pertenencia a Unasur. Curiosamente, no lo han hecho Brasil gestor de la iniciativa, ni la Argentina, que desde hace más de dos años viene pretendiendo ocupar la secretaría general, que será el órgano permanente. Unasur realizó reuniones periódicas de cancilleres y ministros de Defensa y, en este campo, creó algunas estructuras de estudio y análisis, que no implicaron compromiso militar alguno para los países miembros.
Políticamente, jugó un rol cuando a comienzos de 2009, se produce el conflicto entre Colombia por un lado y Venezuela y Ecuador por otro y lo hizo con cierto éxito. Intentó repetirlo frente a la crisis de Honduras, pero en este caso sin la misma eficacia, al imponerse la política de Washington de reconocer al gobierno electo tras el régimen de facto.
Mientras tanto, el Mercsur pareció ir perdiendo prioridad relativa para la diplomacia regional brasileña. En este caso la institucionalización es mucho mayor. Venezuela sigue teniendo postergada su pertenencia como socio pleno porque el senado paraguayo continúa sin convalidar la incorporación. Las recientes declaraciones del candidato opositor brasileño José Serra proponiendo transformarlo en una suerte de zona de libre comercio de toda América del Sur, en los hechos podrían convertirlo en una suerte de versión económica de Unasur.
Fue el presidente de Ecuador (Correa), quien en 2008, propuso al ya ex presidente Kirchner para la secretaria general. Se trata de un cargo permanente, como el que tiene también el Mercosur y que fue ocupado sucesivamente por dos argentinos: el ex presidente Eduardo Duhalde primero y el ex vicepresidente Carlos Alvarez después. Pero, este secretario general queda por debajo del presidente pro-témpore, que es uno de los presidentes de los países grupo, que ocupa el cargo cada seis meses, tomando como modelo en esto a la Unión Europea.
Tres fueron los presidentes que entonces se opusieron a la elección de Kirchner: Uribe de Colombia, Alan García de Perú y Vázquez de Uruguay. Se consideraba entonces que esta elección debía ser por unanimidad y por esta razón se dilató casi dos años.
Ahora, ha pasado a asumirse que la unanimidad debe ser sólo consenso y que una opinión adversa puede no invalidar el procedimiento de elección. Cabe señalar que los dos presidentes que siguen en funciones y no apoyaban la nominación del ex presidente argentino, Alan García y Uribe, no participaran de esta cumbre de Buenos Aires y han delegado la representación en sus cancilleres. El nuevo presidente de Uruguay, José Mujica, ha anticipado que se abstendrá para no impedir la elección de Kirchner, aunque no lo votará. Esta tiene cierta lógica, dado que en el ámbito sudamericano la Argentina viene adoptando una cierta posición de equilibrio entre Brasilia y Caracas. No integra el ALBA liderado por Chávez, tampoco está entre los países cercanos a EEUU y además no genera los resquemores que por dimensión origina a veces Brasil. Pero la aptitud diplomática del ex presidente argentino no parece la más adecuada para una gestión que deberá buscar consensos y evitar conflictos.
Interrogantes. Desde la perspectiva argentina, la pregunta es por qué Kirchner, que nunca mostró inclinación por la política exterior y los asuntos internacionales, busca ahora la secretaria general de Unasur, que lo obliga a viajar por la región y tener que ocuparse de temas y cuestiones que no son su fuerte.
Para dar señales claras que esta nueva función no altera su rol político interno, anticipó que no renunciará a su banca de diputado nacional (que de hecho no ejerce) y que sólo pedirá licencia. En cuanto a la conducción del PJ, se reunió con gobernadores y dirigentes del partido el último fin de semana, dejando en claro que seguirá siendo y ejerciendo como líder partidario.
Quizás Kirchner, tras el rechazo inicial, como le sucede siempre, redobló la apuesta y hoy logra la elección en Unasur, que tal vez sea más una consecuencia de su personalidad política que la resultante de una estrategia de política exterior.
El mandato del flamante secretario general de esta unión dura varios años y se prolonga en el próximo periodo presidencial argentino, lo que puede crear algunas situaciones singulares en la política argentina.
El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría
Sacado de LA NACION






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