21 noviembre 2009

ELLOS NO

YO ME HAGO CARGO, JUNTO A TODO EL PUEBLO MANSO
Atrapado por izquierda y por derecha, las multas de Macri y la falta de seguridad de la Policía Federal avanzo por la ciudad de Buenos Aires, creyéndome libre y cuando paro en un semáforo mirando a todos lados para ver si hay alguien que me puede apurar con un fierro. Como yo un montón de autos de distinto porte y modelo, por lo general todos de no más de cinco años. Vamos disfrutando de una libertad que no es nuestra, que estamos realmente dentro de una estadística. Si apuramos el paso en un semáforo para no quedar a merced, es posible que una foto indique nuestra infracción, si hay un policía es posible que nos detenga y nos quite el auto, si paramos es posible que cualquier boludo nos quite la vida. Somos los libres del sur, los que no andamos en coches blindados ni en helicópteros. Los cabezas huecas que pagamos la renta del hijodeputismo visceral. Los que callamos. Somos los pelotudos que gritamos en las colas y hasta nos creemos piolas porque hicimos una diferencia grosa en un negocio. Los que compramos, los que ahorramos, los que procreamos, los que estudiamos, los que invertimos, los que nos interesa que las cosas vayan bien. Los que a veces no facturamos IVA para que no nos coma el Estado. Somos los pelotudos cabezas huecas que no entendemos que a los que nos gobiernan les importamos tres carajos y somos partes de esas estadistas macro o micro con las que se llenan la boca de verdades o de vergüenzas para enróstraselas a los otros. Somos los pelotudos que los toleramos bajo apercibimiento de ser destituyentes si les decimos inútiles, aunque sean inútiles realmente. No es que nada está bien, nada de lo hecho construyo estabilidad del conjunto. Por lo tanto a casi ocho años de gobierno de la onomatopeya Kirchner Kichner estamos todos cagados por ellos y en ellos. Ahora estoy más tranquilo, me reconozco en el gueto creado por ellos podernos esquilmar, en el redil donde nos sacan día a día todo sentido de esperanza. Y en el sinsentido somos los pelotudos que pagamos la fiesta, con la libertad y somos parte de la estadística que espera el disparo en la cabeza que no figurara en la estadística oficial.

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