NADA NUEVO EN EL INFORME
La preocupación de Hilary Clinton parece agraviante. Y sin llegar a ser Juan Pablo Feinmann el destructor del peronismo había un libro de Karl Jaspers que se llama Genio y Locura, en el se dedica a analizar a STRINDBERG Y VAN GOGH quienes en ningún momento, salvo en su obra artística mostraron lucidez alguna en la realidad. Desde Jaspers, se han visto que hay también la posibilidad de escribir Genio y Política, que casualmente, Berlusconi, Gadafi, Chávez, Castro, Cocescu, Stalin, Lenin, Mao Tse Tung, Ho Chi Ming, Hitler, Stroesner, Baby Doc, el comandante Ortega, han demostrado genialidad y locura en el manejo de la cosa pública de su país. El desprecio por la vida y la muerte de los suyos. Algunos en la paz, otros en la guerra. Está claro que tirar una línea fina entre lo normal y lo enfermo es una tarea imposible para la psiquiatría moderna, es por las acciones lo que nos muestra los estados de las personas a la hora de dirigir un país y una comunidad. Adivinar cierta bipolaridad en la conducta de los Kirchner no es una aviesa tarea de un científico del arte de curar psiquis. Sino mas bien el ver el comportamiento de acometer y huir típico de una conducta primitiva. De un cerebro animal totalmente lejano de una conducta racional y equilibrada. El tránsito de la euforia a la depresión. El camino hacia la autodestrucción personal por la falta de consideración por el destino personal de su propia personalidad, el destino prometeico de su vida. Y la terrible melancolía que los sume la derrota y el fracaso. El duelo de error y el desasosiego de que evalúen públicamente mal lo que ellos discursivamente elaboran como bien. Dignos de creerse sus propias mentiras, basan en ello su poder de convicción. Cuando son defraudados son terriblemente sacudidos emocionalmente con fuerte impacto corporal. Esto es tan evidente, que el mismo rechazo del papel para secarse las lágrimas mostraba a las claras que el llanto era un signo teatralizado de la pantomima del poder sensible pero imbatible de la heroína trágica. Gesto, que podríamos decir hasta estudiado. Pero a la heroína trágica se le había escapado la tortuga que rió con Santolalla que le hizo una canción y lloro cuando hablaba de lo que había hecho con los jubilados. Lo hecho con los jubilados, lo hizo una obra social en cumplimiento de sus objetivos, no en forma graciosa. No entiendo como la conmueve que la obra social haga lo que tenga que hacer, parece que ese logro suyo, fuera tan suyo, que sin ella eso fuera imposible. El Cristinocentrismo muestra una autoestima que sostenida en la mentira, el PAMI sigue sosteniendo las políticas de su estado y la política de la obra social sigue siendo calamitosa por más que llore, que esa euforia denota un mal. Cuando llora en un síntoma emocional y vehementemente rechaza el pañuelo con soberbia, queda palmariamente mostrada su patología. Sus problemas son de manual de psiquiatría. Sus capacidades para gobernar están más fundamentadas en su locura que en su genio. He aquí nuevamente la idea de Genio y Locura en la Política con perdón de Karl Jaspers. Quizás el arte de la política de los Kirchner quede en la historia como un hecho definido por esa manera. Eso sí, cuando se vean las personas y tal como supone le informe que se da a difusión por estos días de Weakeliks, habrá que suponer que la señora estaba del tomate, chapita, que nos quede claro.
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