LA REVOLUCION CUBANA ES EL DIA DE LA SOBERANIA NACIONAL

¿A QUIEN LE IMPORTA LA REVOLUCION CUBANA?

DEJEN VENIR A LA DRA MEDINA

Lo más bonito de las fiestas es que el único anuncio que se hizo es que se iba al exterior. Después de Cincuenta años descubrimos la revolución cubana, como valor inherente al acerbo americano. Aunque acontecían en pleno Gobierno de Frondizi y se creía que se derrotaba a la dictadura corrupta de Fulgencio Batista, no que era un alineamiento al bloque Soviético. Podemos aun recordar los gestos de los países de América Latina al respecto y los noticieros de época. Pero hay una voluntad mostrenca de escribir la historia a la violeta que no para, donde los cambios posteriores, explican los discursos anteriores y cualquier pisca de contenido simbólico ya estaba inserto en el devenir. Por ejemplo el viaje en Moto del Che hacia el Norte incluía la muerte del mismo en la Higuera, y el que me lo niegue es cosa de él. El símbolo es acaparante y demostrativo por sí mismo, irrebatible. El héroe trágico va en busca de su sino. Pero las cosas son otras, no hay aquí cantos de Orfeo y dioses, sino vidas completas de hombres concretos. Que tomaron vidas y juagaron sus propias vidas por ideas que bien podrían haber valido un sistema métrico decimal. Porque si la revolución es con el campesinado o sin el campesinado, es meramente una elucubración mental tan absurda que solo le puede bastar al pensamiento utópico. Como si la propiedad de los medios de producción debe estar en manos del Estado o del Estado Socialista. Cosa que aquí se discute al Estado como un Imperatur, y pasa inadvertida la figura de cuál es la naturaleza del Estado que queremos los argentinos. Por eso gracias a dios que se fueron al Calafate y que lastima que cuando regresen se las tome. Le pongo tres velas a la virgen de las Partidas para que Néstor I el Cabron y Único Conde de Santa Cruz, no se le suba el caballo al morro y se ponga a dar órdenes a troche y moche. Que deje al rebaño de Cristina en Paz. Que se dedique a ver como se valida políticamente de una forma genuina y sin trampas. Porque no representa a nadie, a ninguno, solo a los alcahuetes que le responden.