LOS URUGUAYOS QUE TODAVIA NOS QUIEREN
Una parte de un extenso trabajo aparecido en la pagina www.economiaparatodos.com.ar por parte de Emilio J. Cárdenas
Firmeza en las exportaciones de carne uruguaya
Entre los pocos uruguayos que sienten alguna simpatía por Néstor Kirchner seguramente hay algunos ganaderos orientales que no olvidarán –jamás– el sorpresivo (aunque “no querido”) “regalo” que les hizo nuestro presidente al cederles, por largos meses, los principales mercados argentinos de exportación de carnes rojas. Lo cierto es que la carne uruguaya crece en prestigio –y presencia–en los mercados del mundo. El espaldarazo que le dieron los comentarios positivos del presidente George W. Bush en su última gira latinoamericana es un instrumento importante de marketing. Los precios acompañaron la bonanza de los exportadores uruguayos. En septiembre pasado llegaron a los 2.176 dólares la tonelada. Hoy están, nuevamente, en torno en los 2.100 dólares la tonelada, para satisfacción de los orientales. Con el relativo regreso de los argentinos a los mercados, los volúmenes exportados por Uruguay cayeron. Y algunos de los clientes que alimentaron la bonanza del año pasado –como Rusia, Chile, Sudáfrica y Argelia– se han debilitado como compradores de carnes rojas orientales. Pero aparecieron los mercados de los Estados Unidos y de la Unión Europea, en reemplazo de los anteriores, con mejores precios en algunos casos. Los norteamericanos compran ahora más del 65% de las carnes que Uruguay exporta, en toneladas. La Unión Europea (que paga los precios más altos) está comprando más del 17% que el año pasado. Entre ambos compran el 80% de las carnes uruguayas. Todo un cambio, bien positivo ciertamente. En paralelo, los uruguayos aumentaron significativamente su comercio en todos los frentes, salvo el nuestro (lleno de “ladridos sonoros”), claro está. Con China, por ejemplo, el comercio oriental está también creciendo vertiginosamente. En los primeros dos meses del año solamente, trepó un 36% más que el año pasado. Pero, cuidado, no es fácil abrirle la puerta a los chinos, que tienen mucho que vender. Por esto, el intercambio bilateral arroja un saldo a favor de China de casi 50 millones de dólares, que habrá que seguir de cerca. Uruguay les vende lana, cuero y carne. Y les compra electrodomésticos, automóviles, fertilizantes y productos electrónicos en general. Mientras tanto, algo importante puede suceder en el mercado exportador de carnes vacunas. Rusia (un gran importador) está estudiando el cierre de su mercado a los exportadores brasileños, por la falta de avances en el control de la aftosa y, peor, por el ocultamiento del brote de aftosa hace poco aparecido en el estado de Mato Grosso del Sur. Esto –de concretarse– abriría posibilidades enormes para los exportadores argentinos y uruguayos, si es que ellos pudieran ocupar el espacio que aparentemente perdería Brasil. A los uruguayos, por alguna razón, el mercado ruso no parece generarles fascinación. Por esto, la oportunidad podría ser nuestra. Néstor Kirchner –que hizo perder mercados esenciales a nuestros exportadores– debería cooperar ahora para que se pueda aprovechar la oportunidad, si se concreta. Recordemos que hoy Brasil provee el 40% de la carne vacuna que importa Rusia, o sea unas 245.000 toneladas. Y el 40% de las importaciones de carne porcina que llegan a Rusia, esto es unas 229.000 toneladas. Cabe apuntar que Rusia ya cerró sus puertas a las importaciones brasileñas de pollo, por haber detectado, en algunas de ellas, la presencia de salmonela.
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