LA PELEA ELECTORAL : LO INCREPARON VECINOS DE BRANDSEN FURIOSOS POR LA EVENTUAL INSTALACION DE UN BASURERO En un acto de Scioli, Solá casi se trompea con manifestantes
La custodia impidió una pelea a brazo partido antes de una reunión de intendentes.
mpeulate@clarin.com
Un episodio muy tenso, vivido por el gobernador Felipe Solá, opacó ayer a la tarde la reunión político—electoral que el mandatario y un grupo de intendentes peronistas de la Provincia mantuvieron con el vicepresidente Daniel Scioli en la ciudad de La Plata.Los hechos: Solá se trenzó en una acalorada discusión con vecinos de Brandsen, que se habían concentrado en la céntrica plaza San Martín, justo frente a la gobernación, para protestar por el posible traslado a ese distrito de un depósito de basura de la CEAMSE. Eligió mal Felipe el lugar de la reunión con Scioli: fue en el Hotel Corregidor, a metros nomás de la gobernación.Justo cuando ingresaban al hotel, los manifestantes —unos cien— abuchearon ruidosamente a Solá y le arrojaron algún bollo de papel a modo de improvisado misil. Un hombre desencajado encaró al mandatario, lo insultó y, en un gesto fuera de lugar, intentó agredirlo. No llegaron a las manos, aclararon testigos presenciales a Clarín. Solá, lejos de escapar, le puso el pecho a la situación y hasta amagó con enfrentar al agresor. Pero en ese momento intervinieron oportunamente custodios y funcionarios presentes, que pusieron paños fríos. "Mientras yo sea gobernador, la basura no irá a Brandsen", prometería luego Solá. Scioli arribaba al lugar justo cuando sucedía la escena de cuasi pugilato y, obvio, fue abordado por los vecinos, quienes le pidieron que evitara el destino de basurero para Brandsen. En campaña permanente, el vice accedió a recibirlos en el Senado para escuchar sus quejas.Es verdad lo que dijo Solá: será el próximo gobernador quien se ocupe del tema de la basura en Brandsen. Es que en la Legislatura avanza un trámite que posterga la discusión en torno al lugar de disposición del relleno —se habló de Brandsen porque está por cerrar el depósito de Ensenada— por lo menos hasta después de finalizado su mandato, en diciembre. Acaso por eso mismo Scioli está interesado en la cuestión.Fue un mal día para Solá: por la mañana sufrió otra agresión por parte de jóvenes de la agrupación HIJOS, que le exigieron la aparición del testigo Julio López.Voceros de Solá deslizaron que el episodio con los de Brandsen podría ser fruto de una maniobra de un sector político platense que se opone al gobernador.Como sea, pasado el disgusto con los ecologistas Scioli se juntó con unos 40 intendentes del interior provincial y se llevó la promesa de apoyo incondicional a su candidatura a gobernador.Hay celos entre los hombres de comunicación de Felipe y los de ex motonauta: los primeros se encargaron de resaltar que los intendentes convocados a La Plata son "felipistas"; mientras que los segundos, en un intento obvio de ningunear a Solá, aseguraron que son jefes comunales "que están con el proyecto del presidente Néstor Kirchner".Scioli, cómodo en su rol de candidato del oficialismo, prometió que en un mes terminará de recorrer los 134 distritos de la Provincia. Y que, hasta la fecha de la elección (28 de octubre, junto con la presidencial), hará otras dos vueltas por cada ciudad del interior.
Un episodio muy tenso, vivido por el gobernador Felipe Solá, opacó ayer a la tarde la reunión político—electoral que el mandatario y un grupo de intendentes peronistas de la Provincia mantuvieron con el vicepresidente Daniel Scioli en la ciudad de La Plata.Los hechos: Solá se trenzó en una acalorada discusión con vecinos de Brandsen, que se habían concentrado en la céntrica plaza San Martín, justo frente a la gobernación, para protestar por el posible traslado a ese distrito de un depósito de basura de la CEAMSE. Eligió mal Felipe el lugar de la reunión con Scioli: fue en el Hotel Corregidor, a metros nomás de la gobernación.Justo cuando ingresaban al hotel, los manifestantes —unos cien— abuchearon ruidosamente a Solá y le arrojaron algún bollo de papel a modo de improvisado misil. Un hombre desencajado encaró al mandatario, lo insultó y, en un gesto fuera de lugar, intentó agredirlo. No llegaron a las manos, aclararon testigos presenciales a Clarín. Solá, lejos de escapar, le puso el pecho a la situación y hasta amagó con enfrentar al agresor. Pero en ese momento intervinieron oportunamente custodios y funcionarios presentes, que pusieron paños fríos. "Mientras yo sea gobernador, la basura no irá a Brandsen", prometería luego Solá. Scioli arribaba al lugar justo cuando sucedía la escena de cuasi pugilato y, obvio, fue abordado por los vecinos, quienes le pidieron que evitara el destino de basurero para Brandsen. En campaña permanente, el vice accedió a recibirlos en el Senado para escuchar sus quejas.Es verdad lo que dijo Solá: será el próximo gobernador quien se ocupe del tema de la basura en Brandsen. Es que en la Legislatura avanza un trámite que posterga la discusión en torno al lugar de disposición del relleno —se habló de Brandsen porque está por cerrar el depósito de Ensenada— por lo menos hasta después de finalizado su mandato, en diciembre. Acaso por eso mismo Scioli está interesado en la cuestión.Fue un mal día para Solá: por la mañana sufrió otra agresión por parte de jóvenes de la agrupación HIJOS, que le exigieron la aparición del testigo Julio López.Voceros de Solá deslizaron que el episodio con los de Brandsen podría ser fruto de una maniobra de un sector político platense que se opone al gobernador.Como sea, pasado el disgusto con los ecologistas Scioli se juntó con unos 40 intendentes del interior provincial y se llevó la promesa de apoyo incondicional a su candidatura a gobernador.Hay celos entre los hombres de comunicación de Felipe y los de ex motonauta: los primeros se encargaron de resaltar que los intendentes convocados a La Plata son "felipistas"; mientras que los segundos, en un intento obvio de ningunear a Solá, aseguraron que son jefes comunales "que están con el proyecto del presidente Néstor Kirchner".Scioli, cómodo en su rol de candidato del oficialismo, prometió que en un mes terminará de recorrer los 134 distritos de la Provincia. Y que, hasta la fecha de la elección (28 de octubre, junto con la presidencial), hará otras dos vueltas por cada ciudad del interior.
1 comentario:
la política en Argentina es cosa de caníbales.
Felipe "fué".
Ni su perro mueve la cola cuando vuelve a la casa.
Pero se lo tiene merecido, fue un buen mestro de traición.
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