18 septiembre 2006

La tartamudez de Feinmann


Este señor de pensamiento caótico y de valores utópicos, cuya universalidad desgastan a los pobres crédulos lectores, en citas de grandes pensadores, hacen posible la eventual existencia de su erudición. Cree que Dios es sordo, cuando habría que preguntarle exactamente si cree en Dios? La respuesta seria taxativa: no. Casualmente lo que deriva como Occidente en su concepción de: “….es porque el vértigo de las mercancías los despierta para vender sus productos, y entonces nos impulsa al sexo, y a las cirugías, y a la cultura fast, a la comida fast, al idiotismo fashion, a la televisión basura, al cine computarizado, al porno Internet y al vasto universo de las drogas” es la imagen que el tiene de su entorno. Su pensamiento decrepito, racional, escéptico, vació de toda creencia y respetuoso de la nada, lo hace subir al gólgota de la sociedad postmoderna. A su propia nausea existencial. Mientras los otros, los primitivos, los hijos del desierto tienen, según él mismo “….El Islam tiene a Dios en todas partes. Tiene un Dios para la guerra, un Dios para orarle, y un libro, El Corán, para leer incesantemente y conocer las recompensas para los fieles y los castigos, nunca leves, para los infieles”. Ahora si el periodista entre sus conclusiones supone que todo esto es culpa de que: “…….Estados Unidos se asume como un país fuertemente cristiano que, si está en guerra, lo está por defender los valores fundacionales de Occidente.” La conclusión mas sana que podemos sacar, según sus propias palabras, que la Palabra Divina, no se manifiesta, porque sus mensajeros (como él) son tartamudos.

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