24 septiembre 2006

El Cardenal de las Ruinas


Otrora segundo mas votado al papado, se subió a un podio donde a diferencia de la formula one solo sube el que gana. Resonaban en mi cabeza las palabras del famoso flaco Traverso cuando decía que no se debía decir estoy orgulloso con el segundo puesto, ya que el que salio segundo en una carrera, perdió. El Cardenal de las Ruinas que pasea la iglesia católica por todas las ensaimadas posibles más cerca de la película La Misión sin la música de Enio Morriconne. Sin mensaje pastoral, sin evangelio, sin convicciones, la iglesia rueda muerde el polvo de su descreimiento. Aliada con los pobres o sostenida por los ricos no sabe que hacer. Algunos curas se han olvidado de rezar de memoria el padre nuestro, que se los sopla al oído algún diacono hábil en esto de responsos, bautismos y susurros. O algunos otros sacerdotes que solo trabajan de ello porque toman cuando están de servicio. Bien, no solo para confusión, sino que la iglesia, les ha dado a sus sacerdotes una amplia libertad política. El Cardenal de las Ruinas, no ha tenido la grandeza de llamarlos a la Oración, los llamo a la acción S.J. solo por haber sido segundo y no darle un lugar en el podio.

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