Quizás digan ya lo dijo Melconian pero Melconian no descubrió la pólvora, debemos poner el caballo antes de carro no el carro después del caballo. El sistema de AFJP podía colocar dinero en las empresas públicas con bonos del Estado que era el principal tomador de las letras del mismo, ya que un decreto de Cavallo y luego la seguidilla de héroes ecuestres lo permitió. Las AFJP en ningún caso eran fondos del sistema de reparto, eran personas concretas. Nombres de personas concretas que estaban en un sistema de capitalización al que el estado debía garantizar para el funcionamiento de las AFJP un margen de rentabilidad. Bien, ahora se paso al sistema de reparto y las letras que eran de fulano, mengano y zutano que estaban en una AFJP pasan al fondo de redistribución en forma anónima donde ese trabajador pierde todo derecho y surge (según este discurso) el derecho colectivo de un todos desde otro sistema: ¿ que nadie explico cómo es?, pero que en realidad, según su criterio como recuperan acciones propias que están puestas en como fondos recuperados propios, le dan representación propia en la propiedad privada. El discurso es en sí mismo otra trampa: Privatismo contra Control del Estado. Señores estamos ante otro dilema para pelotudos. El sistema de reparto es anónimo y no beneficia a ninguno y las acciones en las empresas privadas son deuda pública. Es decir las acciones que tiene tomado el estado es rescate de deuda propia. Lógica de la imbecilidad de un empresariado que claudica ante el primer amague porque no entiende, no sabe, es cagón, o le importa tres bledos nada.
En realidad no vamos a defender a la patronal, ellos sabrán como defenderse. Pero lo que está claro que a los jubilados de la movida no nos les va a tocar un peso ya que solo aumenta los fondos del sistema de reparto, que ya tiene su propia lógica de mantenimiento. En ningún caso provocara el aumento de los haberes de los jubilados, a lo sumo el aumento de los jubilados según la lógica aplicada hasta aquí, sin contar que esos fondos se los comerán otros movimientos de fondos. Solo habrá más jubilados, que no serán para celebrar, sino para considerarlo una desgracia porque no se puede desde la mentira hallar un financiamiento real de este sector.
Todo lamentable, una mentira más, y algún par de pelotudos que siguen la divergencia Ideológica como claque de una pálida guerra ideológica, ya desdibujada.
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