Parece que Carta Abierta muestra el desvalor y la falta de significado que nos convierte en pelotudos a los que gozamos de un poco de sentido común en la argentina. Si estos son los intelectuales, no me cabe duda que la cultura argentina no existe, y si existe es porque es reciclada por los aliados en el extranjero en esas metamorfosis de la nueva idolatría editorial donde lo que critican de los monopolios de la oligarquía se reproducen en sus secuencias propias.
Está claro que se podrá decir que Clarín saca de contexto todo, que Clarín trabaja en contra del Modelo pero en suma lo dicho, dicho esta:
“Horacio González jamás habló de prohibirle la palabra a Vargas Llosa. Lo único que solicitó, y fue muy claro y muy humilde, fue que no hablara en el acto de inauguración”, dijo.
Y argumentó: “Es una costumbre en las ferias del libro del mundo que en el acto inicial hable un representante de la cultura de ese país y que hable de la cultura en ese país. No tenía sentido de que un señor, porque haya recibido el Nobel, inaugure la Feria del Libro de Argentina
Como vemos, humildad las pelotas, no querían que hable, no les parecía correcto, les parecía inapropiado, no era costumbre, no era habitual, mire, ponga Ud. lo que carajo quiera, pero no querían que hable.
Es detestable que esta gente que quiere ser lo mejor de la cultura se esconda tras el discurso para no decir la verdad, no querían dejar que se exprese Vargas Llosa. Y además, no hay que ponerse en ser de la Derecha Neoliberal entreguista. Para nada, uno puede hasta decir que Vargas Llosa no piensa ni ahí, con el peronismo de cualquier vertiente, e inclusive nacional y popular. Pero, por favor, que disimulen que no quisieron ejercer algún tipo de censura, son unos caraduras, que escondidos tras su prestigio tratan de disimular lo evidente.
Son unos verdaderos palurdos. Alcahuetes de un sistema que solo se alimenta de estas cochinadas que hacen.
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