TARDE PIO EL POLLO
La fábula de los pepinos
22/06/11
Cuando estalló en Alemania la peste de los pepinos, Berlín culpó a España con el argumento prejuicioso de que allá no eran “ni tan laboriosos ni tan limpios como aquí”. Fue mentira. La infección era bien alemana. Con la economía de la eurozona sucede algo similar. El camino sencillo fue atribuir las calamidades de los países en bancarrota a sus innatas irresponsabilidades, ausencia de respeto fiscal y baja productividad. No se miraba qué parte tocaba en esos terremotos. Los países europeos en su mayoría colapsaron bajo los escombros de la burbuja financiera. Cuando el negocio fácil de inflar economías como la de Grecia con fondos especulativos se cortó por aquella deriva, los más débiles se trabaron y la gran cuestión fue cómo preservar la salud de las deudas contratadas durante la plata dulce. Como con los pepinos, se miró en la dirección equivocada. Al ajustar a esos países para exprimirlos se acabó por bajar consumo e ingresos fiscales y gastos sociales y aumentar la desocupación. La furia social acorraló a los gobiernos. El camino correcto anticíclico de estimular esas economías para que salgan de la crisis no figura en el recetario de los votantes alemanes o franceses, que creyeron en la fábula de la verdura fatal. No ven que hoy se está pagando la fiesta de la desregulación. Ya es tarde para abrir los ojos.
FUENTE CLARIN.
Ver: http://alternativas-de-un-cambio.blogspot.com/2011/06/zona-euro-en-crisis-y-con-salidas-la.html
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