¿ESTARAN TODOS LOCOS?

REFLEXIONES DE UNA DAMA DIGNA

La corte de la Haya juzga a presentaciones que hacen los países en relación a los tratados internacionales que ellos hacen. En realidad no juzgan las mentiras de los gobernantes en relación a los gobernados. Los asambleístas de Gualeguaychú, mal que les pese al Matrimonio de la Pendencia no pueden pedirle gratuitamente que después de tanto tiempo de haberles mentido con que el objetivo final era el traslado de la pastera del lugar, ahora le digan que seria loco que los asambleístas no acepten el fallo de la Corte de La Haya. Pues la irreverencia, no seria contra la Corte internacional, sino contra sus Gobernantes, que mintieron, engañaron y apelaron a la Corte de la Haya como patearla a la tribuna, mientras ellos denunciaban y veían como día a día desde un descampado se fue construyendo una empresa que hoy esta en su casi plenitud funcionando. Este proceso de poquito a poco te la pongo debe generar en algún componente de los asambleístas bronca, y su ira debe ser de bastante irascibilidad e insolencia. El no acatamiento a la Corte no debe ser entendido como la falta de respeto de los asambleístas al derecho internacional, como los cortes de ruta, no significaron una mengua al derecho a Botnia y al Uruguay a hacer la planta, de hecho ahí está, solo ese insulto a la inteligencia al que fue sometido el ciudadano, por el gobernante falaz, y que ahora, luego de ser un verdadero pato criollo, pide el acatamiento a la ley. Es cursi, ¿no?, tildar de locos a aquellos que no acaten el fallo de la Corte, cuando los orates serian los que condujeron el problema a este extremo.