19 febrero 2008

LA DESINFORMACION COMO ESTADO DE INOCENCIA


El Estado Familiar

Alicia la Kichner, amiga de los carnavales norteños pero celebrados en el sur, la enharinada, pañuelo al aire, cree que el manejo de fondos públicos por la credibilidad de la persona, devienen creíbles en sí mismos. Si ella dice está bien, todo está bien. Nada de auditorías y controles. Como familia real, la traba a los organismos de control es generar la inaccesibilidad a la gestión del estado y la idea del hartazgo e impunidad en la manera en que las cuentas públicas son manejadas en Famiglia. Tiene en su poder el Ministerio que mayor presupuesto maneja de la república Argentina, para asistir los problemas sociales mas urgentes. ¿Pero no es que al país le va de puta madre? Porque parece que semejante presupuesto se ejecuta y no alcanza, o ¿será que se malgasta? ¿O se mal aplica? ¿O en el Camino habría que auditar la aplicación de fondos para estar tranquilos de que el destino coincide con el presupuesto? Pero para Alicia, a la que el pueblo de Santa Cruz le dio el premio húmedo de los huevos en el rostro de glaciar, cree que las nuevas políticas implementadas son un bombón, más que no se necesitaría el control de nadie. Ya de por sí es una vergüenza que casi maneje el presupuesto de Salud, y que Ocaña, que no es medica ¿y no sé qué es? (lo que uno sabe es que seguro que no leyó a Carrillo) y que tengamos una ministra al divino botón. Alicia, que no es la del país de las Maravillas es de Kichnerlandia, otro país de las Maravillas donde les va pulenta a ellos. Y donde hacen y deshacen a su antojo, tampoco es la que dicen en la canción: Quién sabe Alicia este país no fue hecho porque si, te vas ir, vas a salir, pero te quedaras ¿adonde vas a ir?, aunque se parece mucho a ese Seru Giran de Bicicleta.

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