LA DIFERENCIA ENTRE MACRI Y CRISTINA.
Cristina enfurece con Peralta y Aníbal por “okupas” de El Calafate
El fin de semana que pasó se instalaron frente a la mansión de los Kirchner un grupo de “okupas” de tierras fiscales reclamando una reunión con la presidenta que les había prometido Néstor. Cristina los hizo echar y convocó de urgencia al ministro de Justicia y al gobernador Daniel Peralta.
Por Nicolás Fiorentino
El reconocido temperamento de la presidenta Cristina Kirchner salió a relucir este fin de semana en El Calafate, donde esperaba pasar unos días de descanso y se encontró con una revolución en la ciudad por los reclamos de tierras de un grupo de “ocupas” de Río Gallegos.
La Fiesta de aniversario del Lago Argentino fue la excusa ideal de la jefa de Estado para mudarse a la bellísima ciudad patagónica por el fin de semana, a donde suelen acudir los Kirchner para despejarse o, por lo contrario, desarrollar operaciones políticas lejos del agitado trajín porteño.
Todo parecía salir perfecto. El gobernador Daniel Peralta la declaró huésped de honor de la villa de El Calafate –“yo decía lo que son las formalidades del protocolo, porque en realidad yo no soy huésped, yo soy una más de ustedes como vecina”, soltó en su discurso la presidenta- y se ganaba aplausos del público presente.
Pero en simultáneo, y a sólo algunos escasos kilómetros del atril desde donde habló Cristina, un grupo de “sin tierra” ocupaba terrenos en El Calafate, ciudad dueña hoy de uno de los metros cuadrados más caros de todo el territorio nacional, y otros “ocupas” de Río Gallegos comenzaban a acampar frente a la mansión de los Kirchner en la ciudad.
Al llegar a su casa luego de la agotadora jornada, Cristina se encontró con la novedad y enfureció. Según pudo saber La Política Online, se comunicó de inmediato con Peralta recriminándole enfurecida de por qué no tenía noticias ella de los que sucedía, mientras el mandatario santacruceño se desentendía del asunto y acusaba al ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, de haber “sacado la Gendarmería” porque “dice que el conflicto ya está aplacado”.
Crónica de una promesa
El ex presidente Kirchner había sido el primero de la familia en tener contacto con estos “ocupas” de la capital provincial, quienes actualmente viven en tierras de la municipalidad.
Este grupo de “sin tierra” se acercó a la casa del matrimonio presidencial en Río Gallegos la semana pasada, reclamando un encuentro con el gobierno para que le den una solución a su problema.
Kirchner, marcando una diferencia sustancial con su esposa, los recibió en su propia casa y dialogó algunos minutos con ellos. De allí, los manifestantes se retiraron con la promesa K de que tomarían cartas en el asunto y que “él mismo informaría a Cristina para que se avance en el tema”, según explicó un vocero del gobierno provincial a este medio. Incluso, le mandaron una carta a la presidenta.
Por eso, cuando una semana después no tenían ninguna respuesta y se enteraron de la visita de la mandataria nacional a la provincia, no duraron en moverse hasta la turística villa patagónica, con el único plan de ser recibidos por Cristina.
Eso, claramente, nunca pasó. En cambio, un grupo de asesores presidenciales salió a dialogar con los “ocupas” con un abanico de ofertas: “Les ofrecieron pasajes a Río Gallegos, y no aceptaron; un reunión en Nación con fecha a confirmar, no aceptaron; el envío de una carta directa por intermedio del secretario privado de Cristina, tampoco aceptaron. Sólo querían verla”, explicó una fuente local a La Política Online.
Verificadas las intenciones, los asesores se retiraron y en su reemplazo salió un grupo de seguridad bastante más corpulento, quienes les “sugirieron” que se retiraran de allí.
Ya anocheciendo el sábado y en su retorno a Río Gallegos la camioneta que transportaba a los “ocupas” fue sugestivamente interceptada por la policía local en plena ruta, quienes le reclamaron hasta el último documento personal y del vehículo en cuestión.
Furia cristinista
Las respuestas al suceso no se hicieron esperar ni en Santa Cruz ni en Buenos Aires.
Por un lado, en Río Gallegos los “ocupas” pasaron de la promesa de Néstor de una solución inmediata a recibir ayer una carta de la municipalidad donde se los intima a abandonar los terrenos fiscales.
En Buenos Aires, la cosa no viene mejor. Cristina habría citado a las tres autoridades en cuestión –Peralta, Aníbal Fernández y el titular de Gendarmería, Héctor Schenone- para que vivan en carne propia la reprimenda de la embestidura presidencial.
Peralta está en Buenos Aires, donde entre otras actividades tuvo ayer una reunión con el secretario de Obras Públicas, José López, para analizar el plan de inversión en materia de obras de infraestructura para la provincia en este 2008.
Mañana se reuniría con Kirchner para avanzar en el PJ de Santa Cruz. Allí ultimarán los detalles referidos al Congreso Provincial de PJ Santa Cruz que se desarrollará este sábado 23 de febrero, en la localidad de Los Antiguos.
La venta y adjudicación de tierras fiscales es hoy por hoy uno de los temas más candentes en la provincia que vio nacer a Kirchner como político. Tanto los gobiernos municipales de Río Gallegos como el Calafate están sufriendo serios cuestionamientos por la utilización de esos terrenos estatales para movimientos clientelistas.
En El Calafate se quejan de la falta de criterio a la hora de establecer prioridades en la adjudicación. A tal punto se criticó el accionar municipal que el actual Gobierno se encuentra en un proceso de revisión de las adjudicaciones de tierras hechas en los últimos seis meses de la gestión de Néstor Méndez.
“Uno puede tener una casa y no ser el lugar de uno, es algo más, éste es mi lugar en el mundo”, afirmó Cristina en El Calafate. Otros tienen el mismo sentimiento, pero no son escuchados.
El fin de semana que pasó se instalaron frente a la mansión de los Kirchner un grupo de “okupas” de tierras fiscales reclamando una reunión con la presidenta que les había prometido Néstor. Cristina los hizo echar y convocó de urgencia al ministro de Justicia y al gobernador Daniel Peralta.
Por Nicolás Fiorentino
El reconocido temperamento de la presidenta Cristina Kirchner salió a relucir este fin de semana en El Calafate, donde esperaba pasar unos días de descanso y se encontró con una revolución en la ciudad por los reclamos de tierras de un grupo de “ocupas” de Río Gallegos.
La Fiesta de aniversario del Lago Argentino fue la excusa ideal de la jefa de Estado para mudarse a la bellísima ciudad patagónica por el fin de semana, a donde suelen acudir los Kirchner para despejarse o, por lo contrario, desarrollar operaciones políticas lejos del agitado trajín porteño.
Todo parecía salir perfecto. El gobernador Daniel Peralta la declaró huésped de honor de la villa de El Calafate –“yo decía lo que son las formalidades del protocolo, porque en realidad yo no soy huésped, yo soy una más de ustedes como vecina”, soltó en su discurso la presidenta- y se ganaba aplausos del público presente.
Pero en simultáneo, y a sólo algunos escasos kilómetros del atril desde donde habló Cristina, un grupo de “sin tierra” ocupaba terrenos en El Calafate, ciudad dueña hoy de uno de los metros cuadrados más caros de todo el territorio nacional, y otros “ocupas” de Río Gallegos comenzaban a acampar frente a la mansión de los Kirchner en la ciudad.
Al llegar a su casa luego de la agotadora jornada, Cristina se encontró con la novedad y enfureció. Según pudo saber La Política Online, se comunicó de inmediato con Peralta recriminándole enfurecida de por qué no tenía noticias ella de los que sucedía, mientras el mandatario santacruceño se desentendía del asunto y acusaba al ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, de haber “sacado la Gendarmería” porque “dice que el conflicto ya está aplacado”.
Crónica de una promesa
El ex presidente Kirchner había sido el primero de la familia en tener contacto con estos “ocupas” de la capital provincial, quienes actualmente viven en tierras de la municipalidad.
Este grupo de “sin tierra” se acercó a la casa del matrimonio presidencial en Río Gallegos la semana pasada, reclamando un encuentro con el gobierno para que le den una solución a su problema.
Kirchner, marcando una diferencia sustancial con su esposa, los recibió en su propia casa y dialogó algunos minutos con ellos. De allí, los manifestantes se retiraron con la promesa K de que tomarían cartas en el asunto y que “él mismo informaría a Cristina para que se avance en el tema”, según explicó un vocero del gobierno provincial a este medio. Incluso, le mandaron una carta a la presidenta.
Por eso, cuando una semana después no tenían ninguna respuesta y se enteraron de la visita de la mandataria nacional a la provincia, no duraron en moverse hasta la turística villa patagónica, con el único plan de ser recibidos por Cristina.
Eso, claramente, nunca pasó. En cambio, un grupo de asesores presidenciales salió a dialogar con los “ocupas” con un abanico de ofertas: “Les ofrecieron pasajes a Río Gallegos, y no aceptaron; un reunión en Nación con fecha a confirmar, no aceptaron; el envío de una carta directa por intermedio del secretario privado de Cristina, tampoco aceptaron. Sólo querían verla”, explicó una fuente local a La Política Online.
Verificadas las intenciones, los asesores se retiraron y en su reemplazo salió un grupo de seguridad bastante más corpulento, quienes les “sugirieron” que se retiraran de allí.
Ya anocheciendo el sábado y en su retorno a Río Gallegos la camioneta que transportaba a los “ocupas” fue sugestivamente interceptada por la policía local en plena ruta, quienes le reclamaron hasta el último documento personal y del vehículo en cuestión.
Furia cristinista
Las respuestas al suceso no se hicieron esperar ni en Santa Cruz ni en Buenos Aires.
Por un lado, en Río Gallegos los “ocupas” pasaron de la promesa de Néstor de una solución inmediata a recibir ayer una carta de la municipalidad donde se los intima a abandonar los terrenos fiscales.
En Buenos Aires, la cosa no viene mejor. Cristina habría citado a las tres autoridades en cuestión –Peralta, Aníbal Fernández y el titular de Gendarmería, Héctor Schenone- para que vivan en carne propia la reprimenda de la embestidura presidencial.
Peralta está en Buenos Aires, donde entre otras actividades tuvo ayer una reunión con el secretario de Obras Públicas, José López, para analizar el plan de inversión en materia de obras de infraestructura para la provincia en este 2008.
Mañana se reuniría con Kirchner para avanzar en el PJ de Santa Cruz. Allí ultimarán los detalles referidos al Congreso Provincial de PJ Santa Cruz que se desarrollará este sábado 23 de febrero, en la localidad de Los Antiguos.
La venta y adjudicación de tierras fiscales es hoy por hoy uno de los temas más candentes en la provincia que vio nacer a Kirchner como político. Tanto los gobiernos municipales de Río Gallegos como el Calafate están sufriendo serios cuestionamientos por la utilización de esos terrenos estatales para movimientos clientelistas.
En El Calafate se quejan de la falta de criterio a la hora de establecer prioridades en la adjudicación. A tal punto se criticó el accionar municipal que el actual Gobierno se encuentra en un proceso de revisión de las adjudicaciones de tierras hechas en los últimos seis meses de la gestión de Néstor Méndez.
“Uno puede tener una casa y no ser el lugar de uno, es algo más, éste es mi lugar en el mundo”, afirmó Cristina en El Calafate. Otros tienen el mismo sentimiento, pero no son escuchados.
1 comentario:
Siiii, por favor si es su lugar en el mundo que se quede, así cuando no les llegue gas como a Tierra del Fuego, se quede durita del frío.
Eso es hacer patria. Es fácil no solucionar el problema de nadie teniendo la obligación.
Despues te escupe...del asco que le provocas.
No tiene verguenza.
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