23 octubre 2009

EL CAMINO DE LA LIBERACION

NADIE FUE FAMILIA PATRICIA EN LA DIAGONAL 80 Y EN EL BARRIO DE LA ESTACION
Freddo es el Garca que algún platense lleva adentro

Los que nacimos y crecimos en La Plata de los años cincuenta sabemos que los Pérsico eran comerciantes como casi todos los que veníamos del otro lado del mar. La diagonal ochenta que tenía su auge en 1y44 y terminaba en Plaza San Martin era verdaderamente Alejandría.
Los hijos de ellos nos juntábamos todos en la escuela nº37 Remedios de Escalada de San Martin. Había judíos, italianos, griegos, libaneses, sirios, turcos, armenios, gallegos, Criollos, Ucranianos, Polacos para todos los gustos. Los Pérsico eran en la diagonal 80 de los que más me llamaban la atención cuando iba para el cine Select a ver las películas de Miguel Aceves Mejía pasando la Confitería Cabildo.
No eran solo los helados. Que en realidad había ya en La Plata toda una cultura. En 1 y 43 estaba la Heladería Nahuel Huapi. En 49 8 y 9 la Veneciana y en el Pérsico de Diag. 80 y 48 antes de Llegar a San Ponciano todo de mármol blanco heladerías que hacían helados Artesanales. Pero eso sí. En Invierno casi desaparecían y había frutas abrillantadas, higos secos, y otras maravillas de oriente que solíamos disfrutar al paso, como los grandes barriles llenos de lupines en la puerta. No así la Veneciana y Nahuel Huapi que por lo general cerraban. Éramos todos tan pobres. Había gente que se dedicaba a la Ropa los turcos generalmente a la ropa interior, los paisanos fueron siguiendo la moda hasta dictar cátedra en La Plata. Los griegos tenían kiosco y se dedicaban a las golosinas al por Mayor y por menor, justito al lado del Diario el día. Los tanos tenían una zapatillera enfrente a la escuela donde me compre las primeras pampero y las alpargatas se llamaba La Maratón. Otros paisanos de Siria abrieron el primer pollo al espiedo sobre la calle 2 casi diag. 80 que se convirtió en el boom de las comidas rápidas, cosa nada usual en una ciudad tradicional en La Plata. La casa de Medias. Y La Talabartería quedaban en pie en la estación ligada a las costumbres de los campos que el tren ligaba con su estación. El cine Belgrano donde todos nos hacíamos la rata desde sexto de la primaria (no había séptimo). Al lado del Pérsico que se había peleado con el otro hermano de la heladería vecina a San Ponciano. Muebles San Martin, SolMor Solero y Morchon para comprar ropa de hombre cuando era para vestir bien, El gran Raviol , típica casa de pastas de la época donde hacíamos cola los domingos para comparar ravioles o fideos frescos. La Ferretería la Argentina, única en su tipo. La Librería la Atenea Frente al Cine Gral. Belgrano. Y en la esquina de seis y diagonal ochenta el único boliche de la época capaz uno de tomarse un submarino luego de una larga noche de joda. El Capricho, frente al remedo de obelisco de piedra granítica y el Bazar X y Muebles San Martin.
Cuento todo esto. Porque podemos ver al Pérsico ligado a Freddo. Yo, discúlpenme. Lo veo ligado a esa caterva de pendejos hijos de inmigrantes que crecimos juntos en la caótica La Plata de la década del 60/70. Culta, dinámica, entre liberal y ácrata y donde todos veníamos del barco, escapándole al hambre y al horror de la guerra. Algunos desde la fundación de la Ciudad otros más recientes. Pero todos de pantalón corto. Desde los que empezamos jugando como niños en la Eva Perón de 1954 y terminamos la escuela en la Asociación Sarmiento porque se construyo la nueva escuela, fuimos todos creciendo en un país que daba oportunidades.
Recuerdo todo esto, porque Pérsico parece haberse olvidado, que Argentina nos dio todo eso. No nos dio la opción de ser pobres, nos daba a todos la opción para salir de pobres. Por algún lugar en mi cabeza quedan fijos en la memoria los peces rojos en las peceras redondas que colgaban en el negocio de los Pérsico en llamaban la atención a mi mente infantil. De grande la acuarofilia fue uno de mis hobbies basado en ese fervor de mirar los peces rojos vivaces del comercio. Jamás vi entre los dátiles y los higos de Esmirna, hojas de marihuana para felicidad de los jóvenes del barrio. Algo cambio en nuestra forma de ver el mundo que este muchacho se une a Moyano y yo quiero irme cuanto más lejos de Moyano mejor para alcanzar la verdadera liberación del pueblo argentino.





No hay comentarios: